La reciente intención de la Unión Europea de prohibir el glifosato “es preocupante para el mundo y, especialmente, para toda la región sudamericana, porque la fuerte puja política deja en crisis al modelo más sustentable que nuestro país conoce y pone en práctica hace más de veinte años: la siembra directa”, advirtió el presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, Pedro Vigneau.
La semana pasada, también el Concejo Deliberante de Rosario prohibió su uso en el ejido de esta ciudad de Argentina, la principal en el volumen de negociación de la oleaginosa. “Si se prohíbe el glifosato habrá un aumento de costo indiscutiblemente y una disminución del área sembrada”, afirmó Vigneau.
Desde Aapresid graficaron que si no se usa el herbicida se obliga, en muchos casos, a adoptar modelos productivos anteriores y convencionales, produciendo graves inconvenientes con el ambiente: emisiones de gases, contaminación, remoción de suelos.
“Para la Argentina, significará una menor producción con mayores precios que impactarán en millones de personas alrededor del mundo, en países donde por lo general se importan alimentos” afirmó Vigneau y agregó: “Hoy hay más de mil millones de personas que viven con menos de un dólar por día, no se pueden dar el lujo de perder sus fuentes de alimentación”.
La pérdida de materia orgánica de los suelos y mayores usos de otros químicos, podría estimarse en unos US$ 8.755 millones. El Mercosur se posiciona como uno de los escenarios más afectados, siendo los países que los componen grandes exportadores de productos como soja.
“Los productores somos los principales interesados en basarnos en evidencia científica para el uso del glifosato. La decisión de la UE de no adoptar una medida basada en la evidencia científica para aprobar el re-registro del glifosato por 15 años, y en su lugar basarse en ideologías políticas para avanzar hacia una prohibición del herbicida de mayor uso en la agricultura mundial, es una amenaza directa” argumentó.
Vigneau expresó, además, que la decisión de Francia de prohibir el glifosato, y hacerla extensiva para su aprobación en la Unión Europea, es una gran barrera arancelaria que pondría en riesgo la producción de commodities que se exportan a Europa.
“Con estas medidas, la producción potencial en pérdida llega a 12,5 millones de toneladas de soja, colocándonos en un riesgo innecesario, es algo que nos perjudica seriamente”” alertó.
A nivel local, las zonas más afectadas serían mayormente aquellas alejadas de los puertos: NOA, NEA, parte de Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero y La Pampa. El costo ambiental de la medida es incalculable y representará un retroceso para la sustentabilidad de la región, afectando drásticamente la seguridad alimentaria global: “Le pido a nuestro gobierno que siga comprometiéndose en este tema, para evitar una decisión que puede tener serias consecuencias para la Argentina y para el Mercosur” expresó el titular de Aapresid.