Agritech es una empresa argentina dedicada al desarrollo de tecnología para el control fitosanitario en la producción agropecuaria. Con la dosis justa de innovación y tecnología, un equipo profesional busca contribuir al desarrollo de modelos de producción agropecuaria socialmente responsables, enmarcados en el paradigma de la producción sustentable.
En el sur de Córdoba, más precisamente en General Deheza, bajo esta premisa, y en un contexto marcado por el Cambio Climático y un gran debate ambiental, desarrollaron bajo la marca Agro Thrive dos máquinas para el control físico de malezas, utilizando electricidad: Atila adaptable a cultivos extensivos; y EH30 para producciones intensivos.
Curiosos por conocer como es el funcionamiento de estos novedosos equipos agrícolas, Agrofy News consultó a Santiago Fiandino, coordinador del área de Investigación y Desarrollo de Agritech. “Un generador eléctrico produce la energía que luego es transformada y procesada por el sistema electrónico de la máquina y transmitida a los aplicadores. Un juego de aplicadores será el polo positivo, y otro, será el negativo. La maleza permite cerrar el circuito eléctrico, al no tener tanta capacidad para conducir la electricidad como tendría por ejemplo un cable de cobre, lo que sucede es que se disipa la energía, la cual termina dañando irreversiblemente la maleza (ruptura de células y vasos en raíces y tallos), y muere por un quemado”, explicó.
Bajo impacto ambiental
El surgimiento de Atila y EH30 para el control físico de malezas, utilizando electricidad, ocurre en un contexto muy oportuno. Tan es así, que, en el último tiempo, la aplicación de fitosanitarios se ha tornado muy cuestionada, o al menos ha tomado mayor visibilidad en la agenda púbica. El debate incluye muchas voces desencontradas: desinformación, mitos y uso responsable. Tan es así, que días atrás, un reconocido conductor de TV generó una polémica discusión en redes sociales a partir de un tuit.
En este sentido, y considerando que uno de los ejes de Agritech es ofrecer métodos alternativos e innovadores para el control fitosanitario, que garanticen eficacia de control, bajo impacto ambiental y seguridad para los usuarios, Fiandino señaló: “La máquina que desarrollamos constituye una herramienta para insertar en la planificación del manejo agrícola. Tiene muchas ventajas desde el punto de vista ambiental, incluso desde el punto vista económico porque no hay un costo asociado a los agroquímicos”.
No obstante, aclaró: “No queremos instalar que después de esta máquina se terminaron las aplicaciones de agroquímicos, porque sería simplificar excesivamente la actividad productiva”, y argumentó que “sería muy útil aplicar algunos herbicidas pre emergentes combinados con nuestra tecnología, en una etapa posterior para lograr una buena cobertura, y residualidad en el caso de cultivos donde no se pueda ingresar y aplicar entre surco”.
Según explicó el técnico a este medio, se trata de una tecnología que tiene muchas bondades y capacidad para sustituir algunas aplicaciones. “Tal vez, en algunos cultivos se pueden resolver problemas de malezas, por ejemplo: en cultivos extensivos orgánicos donde no se pueden usar agroquímicos, o en las aplicaciones periurbanas (al costado de ciudades y pueblos)”, detalló.
Asimismo, el ingeniero Fiandino, resaltó que “Zasso, la empresa brasileña socia comercial de Agro Thrive, ha probado cual es el impacto que tiene esta tecnología sobre microorganismos del suelo, lombrices, y ha llegado a la conclusión de que es mínimo. Por lo tanto, es una tecnología bastante amigable con el ambiente, y no genera residuos que puedan ser contaminantes”.
No obstante, hay que tener en cuenta el consumo de combustible para hacer la generación de energía, si bien aclaró que “no es un consumo despreciable, pero tampoco es excesivo si uno lo lleva en términos de lo que se consume por hectárea”.
Los fierros en detalle
Según informaron desde la empresa cordobesa, Atila está en dos versiones (220 y 100). Se trata de máquinas de arrastre de 12 y 5 metros de ancho de labor respectivamente, para uso en el barbecho (a 52 o 70 centímetros) de cultivos agrícolas y forrajeros. La potencia requerida del tractor es de 80-100 HP para la versión de 220 (el grupo electrógeno de 220 KVA tiene un motor diésel de 250 HP) y de 140-160 HP para la versión 100 (el grupo electrógeno de 100 KVA es accionado a través de la toma de fuerza del tractor). Como dato de color, y en relación a su denominación, Fiandino destacó: “Cuenta la leyenda que donde pisaba el caballo de Atila, no crecía el pasto, por lo tanto, fue un nombre bastante ingenioso que eligió el equipo para esta máquina”.
Por otro lado, la EH30, consiste en una maquina diseñada con el fin de adaptarse a diferentes cultivos como frutales (vid, cítricos, etc.), plantaciones forestales, aplicaciones puntuales en cultivos extensivos y para uso en el ámbito urbano. Los aplicadores se encuentran montados sobre una pala frontal y los componentes eléctricos (generador, transformador, rectificador) sobre una plataforma que utiliza el sistema de tres puntos del tractor. El ancho de trabajo varía entre 1,4 y 2 metros, y la potencia requerida del tractor es de 55-75 HP (el grupo electrógeno de 30 KVA es accionado a través de la toma de fuerza del tractor).
Al respecto, Fiandino señaló que “el sistema retractil permite esquivar las plantas de frutales y aplicar sobre la línea que es donde está el mayor problema de control de maleza”, y ejemplificó: “Esta tecnología resulta fantástica para quienes cultivan vid, si quieren certificar el vino como orgánico o bien, tener confianza de que no habrá ningún residuo de herbicida en la uva que después se hace vino”.
En este sentido, cabe resaltar que en los próximos días, Agritech estarán realizando una gira por Cuyo y el NOA, con el fin de mostrar a diferentes empresas ligadas a las economías regionales el funcionamiento de la EH30, la cuál estará disponible en el mercado antes de fin de año; mientras que Atila se comenzará a comercializar a partir de marzo de 2020.