El Servicio de Diagnóstico Veterinario (SDV) del Grupo de Sanidad Animal de la EEA Anguil, y la Agencia de Extensión Rural Victorica ha registrado un número importante de consultas sobre posible casos de intoxicación con Falaris spp. Es importante poder identificar a las plantas y a los síntomas en los animales afectados ya que puede confundirse con sintomatología parecida a la hipomagnesemia. La intoxicación puede causar muerte y/o dejar secuelas neurológicas en los animales.
INTRODUCCIÓN
Falaris es una gramínea, tanto implantada como natural, de ciertas partes del mundo, considerada una forrajera por su excelente calidad, con valores de proteína bruta de aproximadamente el 16,4% (Rossi et al., 2006, Bourke et al. 2005; Cheeke, 1995, Odriozola et. al. 1991). Su uso se ha limitado, entre otras razones, por la presentación de casos esporádicos de intoxicación en animales de interés zootécnico, asociado fundamentalmente a la presencia de alcaloides.
En la Argentina, se reportan 2 especies naturales de Falaris (F. aquatica y F. angusta), de crecimiento otoño-invierno-primavera (Figs. 1 y 2) alcanzando, en su estado adulto, entre 100 y 150 cm. F. angusta está descripta como presente en los pastizales naturales de La Provincia de La Pampa. Crece en lugares húmedos, siendo común en las depresiones de las Sierras de Lihuel Calel y Sierra Chica. Por razones climáticas, fundamentalmente las lluvias ocurridas en otoño e invierno, mayores a los promedios históricos, la presencia se esta especie se evidencia en zonas no descriptas.
Es muy apetecible por los animales situación que, en campos con una importante presencia de plantas, provoca casos de elevada mortandad, tanto en bovinos como en ovinos. Diversos factores se han relacionado con el aumento del contenido de alcaloides en la planta. Podemos mencionar el rápido crecimiento (rebrote) posterior a intensas lluvias precedido por sequías o heladas extremas (situación estresante para la planta) (Bourke, 1998), suelos fertilizados o con alto contenido de nitrógeno y días nublados o sombríos (Gallagher et al., 1966).
Las tasas de morbilidad, mortalidad y letalidad promedios reportadas son del 8.57%, 3.72% y 44.07%, respectivamente (Bresky, 2015) pero estos valores pueden variar de acuerdo a cada situación del establecimiento.
Figs. 1 y 2: Falaris spp. detalle de la panoja y disposición de la planta en el monte de caldén.
Causas de la intoxicación y signos clínicos
La intoxicación puede presentarse de forma hiperaguda o síndrome de muerte súbita, asociada a la presencia de feniletilamina que produciría taquicardia, bloqueo cardíaco y muerte, afectando a un reducido número de animales. La forma aguda, o “síndrome de muerte súbita-polioencefalomalacia”, sería producida por un análogo de la tiaminasa o por exceso de amoníaco, pudiendo afectar al 50% del rodeo. La forma crónica, comúnmente hallada, sería producida por la acumulación de pigmentos dentro de los cuerpos neuronales. Dada su sintomatología recibe el nombre de temblor de falaris (“phalaris staggers”), manifestándose en forma lenta y progresiva desencadenando en la muerte del animal. Se reporta asociada a altos niveles de alcaloides indólicos (triptamina) presentes en las plantas, compuestos de estructura similar a la serotonina (Bresky, 2015).
¿A qué prestarle atención? Síntomas de la intoxicación
Se caracteriza por producir temblores en cabeza y masas musculares, incoordinación, los animales caminan sobre las rodillas, presentan imposibilidad de mantenerse en pie, caen y mueren. Estos signos suelen aparecer aún hasta 2 meses después de haber cesado el consumo de Falaris. Los bovinos, al ser trasladados o movilizados, manifiestan distintos grados de incoordinación, que van desde pasos cortos hasta rigidez y arrastre de pezuñas en miembros del tren posteriores. Esta incoordinación, provoca que los animales frecuentemente tropiecen con los miembros anteriores, con caídas sobre el pecho, ocasionando un abultamiento pectoral muy marcado producto del hematoma generado, así como pérdida del pelaje en la zona pectoral (Fig. 3).
El tiempo de duración entre el consumo de la pastura tóxica y la presentación de los síntomas puede ser muy variable, algunos autores reportan períodos de 3 a 5 días (Odriozola et al. 1991 y de 10 a 3 semanas (Cantón et. al. 2010). Algunos autores mencionan un cuadro retardado de intoxicación con Phalaris spp., el cual se presenta luego de varios meses de superado el cuadro agudo o crónico, donde los animales pueden sufrir severa incoordinación de labios y lengua, lo que les impide realizar los movimientos normales de aprehensión y masticación de los alimentos (Gava et al., 1999; Cantón et al.,
2010).
Fig. 3: Vaca con deformación pectoral producto de las contusiones y hematomas consecuentes.
HALLAZGOS DE NECROPSIA E HISTOPATOLÓGICOS:
Las lesiones macroscópicas que produce esta intoxicación, clínicamente observada como “tembleque de falaris” muchas veces no son advertidas debido a que es necesario que transcurra un tiempo considerable de consumo de la pastura tóxica (Bourke et al., 1990). Logradas éstas, se observan zonas características que consisten de la presencia de acumulación de pigmento en riñón (entre corteza y médula), en forma de banda color verde, esto mismo es observable en la base del cerebro (Pedúnculos cerebrales). El estudio microscópico revela la presencia de un pigmento color marrón en forma de gránulos dentro del cuerpo neuronal ubicado en la médula espinal y en el tallo encefálico.
Si el animal logra sobrevivir a la intoxicación, pueden quedar secuelas que se manifiestan por dificultad para la aprehensión y deglución del pasto por incoordinación de movimientos de labios, lengua y cuello, situación que dificultan notablemente la ingesta de alimentos, ocasionando el adelgazamiento y la muerte posterior por inanición.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Detectada la presencia de la planta en el establecimiento así como la sintomatología observada en los animales se puede presumir de una intoxicación por Falaris spp. El Diagnóstico definitivo debe ser confirmado fundamentalmente por el hallazgo macro y microscópico de las lesiones en el sistema nervioso central (SNC) y riñón, post mortem.
Dada las características clínicas de presentación (época del año, estado fenológico de las forrajes, momento reproductivo de los vientres (pre y posparto) debe, necesariamente, realizarse el diagnóstico diferencial con hipomagnesemia. Un dato clínico relevante que puede orientarnos al diagnóstico de intoxicación por Falaris hace referencia a que en este tipo de presentación pueden registrarse muertes de categorías menores (terneros/as, novillitos, vaquillonas) a diferencia de la hipomagnesemia que afecta fundamentalmente a bovinos adultos.
MEDIDAS DE MANEJO:
Si bien es escasa la información en nuestro país sobre el posible cambio de concentración de las sustancias tóxicas en la planta en relación a su estado fenológico, se sugiere el retiro de los animales hasta tanto la planta cumpla su ciclo vegetativo (floración y fructificación a fines de primavera y principios de verano).
Trabajos realizados por Tosi y Wittenberg (1993) dirigidos a reducir el contenido de alcaloides en forrajes, han reportado un descenso de los mismos en forma de heno seco, situación que, en condiciones de campo natural, podría interpretarse como momento de finalización del ciclo vegetativo de la planta (hoja seca). Si bien esta práctica de manejo podría ser una estrategia que minimice las pérdidas, se recomienda una vigilancia activa de los animales pos ingreso a potreros considerados problema. Así mismo, se recomienda evitar el pastoreo intensivo en los períodos de poca luminosidad como son los días nublados y el amanecer (Gallagher et. al., 1966)
Fuente: Inta
