Las inclemencias climáticas de la última campaña agrícola (sequías e inundaciones) hicieron reformular los contratos de arrendamientos de campos de cara a la nueva siembra de soja.
Córdoba fue una de las provincias más afectadas por el exceso de precipitaciones y allí se perdieron cientos de hectáreas productivas; ahora, según detallan desde la Bolsa de Cereales de la provincia, los productores están arreglando contratos de alquiler a quintales fijos donde únicamente se paga por la superficie efectivamente cosechada, a los efectos de reducir el riesgo productivo. Toda una novedad para el campo argentino, en donde el fenómeno climático viene jugando malas pasadas.
Al mismo tiempo, de acuerdo con la primera estimación de arrendamientos agrícolas para la campaña 2017/2018, el costo promedio provincial de los alquileres se ubicaría en 10,2 quintales de
soja
por hectárea. Este valor implica un aumento del 8,5% o del 0,8 quintales frente al ciclo anterior, y el dato a tener en cuenta es que a su vez es el valor más elevado de las últimas cinco campañas.
Si se mide en dólares, el
precio
de los alquileres asciende un 12,5% a 256 dólares por hectárea, debido a que las cotizaciones de los futuros a mayo 2018 se encuentran un 5% por sobre los valores que se registraron al momento de cosecha del presente año.
«En cuanto a las modalidades de arrendamiento, existe una caída en contratos a porcentaje frente a la opción de quintales fijos. Sin embargo, las modalidades a porcentaje se están utilizando en campos y zonas de la provincia que han sido afectados por situaciones de anegamiento y que no llegarían en las mejores condiciones para el nuevo ciclo. Otra de las opciones utilizadas son esquemas mixtos donde se pacta una parte en quintales fijos y un saldo a porcentaje según los rendimientos obtenidos a cosecha. Puntualmente estas modalidades se han registrado en zonas circundantes a las localidades de Porteña, San Francisco, Leones, Marcos Juárez, Hipólito Buchardo, Jovita, Serrano y Laborde» explican desde la entidad cordobesa.
Otra novedad de la presente campaña tiene como protagonista al cultivo de maní, donde se están incluyendo cláusulas específicas en los contratos para que, al finalizar la cosecha, el propietario del lote esté obligado a realizar un cultivo de cobertura, cuyo costo se afronta con parte de lo cobrado por el arriendo. Estas prácticas de rotac