El Congreso Maizar 2018, Competitividad con desarrollo, asignó un lugar destacado a los Nuevos mercados para el cultivo de sorgo, panel moderado por Juan Gear, presidente de Gear SA, en el que disertaron Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, Juan Carlos Batista, director de Calidad Agroalimentaria del Senasa, y Guillermo Álvarez Reyna, consultor de Martínez y Staneck SA.
Durante el reciente conflicto entre Estados Unidos y China, con imposición cruzada de aranceles, desde el país norteamericano salieron 20 barcos cargados de sorgo que debieron desviarse a mercados con poca tradición en el uso del cultivo, como Vietnam y España. «Son países que ahora pueden interesarse en reemplazar el maíz. Salgamos a vender y a promover», propuso Juan Gear, presidente de Gear SA y moderador del panel “Nuevos mercados para el cultivo de sorgo” en el Congreso Maizar 2018, Competitividad con desarrollo, en Buenos Aires.
La Argentina es uno de los principales productores de sorgo del mundo, y el panel se ocupó de analizar las posibilidades de este cultivo, principalmente apuntando al mercado exportador.
Según el director de Calidad Agroalimentaria del Senasa, Juan Carlos Batista, actualmente la Argentina exporta sorgo a 67 países (principalmente a Japón, y luego Chile y Colombia), aunque «potencialmente» podría colocarlo en los 134 mercados a los que llega el maíz argentino y los 77 de la cebada. «Son casos a explorar», dijo, y propuso la promoción del sorgo argentino en los mercados potenciales, con la creación de «una especie de Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina».
Entre las fortalezas del sorgo argentino, Batista recordó que, además del uso forrajero, el cereal tiene distintos usos para alimentación humana, por ejemplo, como insumo para cervezas y bebidas destiladas. «Se debe trabajar en segregación», aconsejó.
Sin embargo, Batista advirtió que «la Argentina tiene debilidades importantes, como la baja capacidad financiera y de almacenamiento, y el hecho de que prácticamente no tenemos carry over». En cuanto al sorgo local, otra debilidad es la alta presencia de taninos (en general, los mercados toleran hasta 1%), que trae problemas en los destinos que lo demandan para la alimentación de aves y peces (monogástricos). «Pero el problema más serio es el de la distancia a puertos, que genera problemas de precios por los fletes internos y externos», planteó el directivo del Senasa.
Guillermo Alvarez Reyna, consultor de la firma fabricante de maquinaria Martínez y Staneck, aportó recomendaciones «para transformar el sorgo en carne y leche». El primer concepto es que «no se alimenta a la vaca sino al rumen: hay que darle de comer a los hongos y a las bacterias que son los obreros de nuestra fábrica», indicó.
A la hora de hacer el cultivo, dijo, «hay que recurrir a los materiales más apropiados para cada productor». Para hacer la selección, recomendó recurrir a los datos que recopila el ingeniero agrónomo Marcelo Torrecillas en la Universidad de Lomas de Zamora.
Alvarez Reyna precisó que a las vacas «hay que darles materiales de alta digestibilidad, para que al final del día coman más, y así van a ser más litros de leche y kilos de carne por día».
Para el caso del silaje de grano húmedo, señaló que «el óptimo es cuando aparece el ‘punto negro’, y la ventana de humedad está entre 32 y 22%». Y remarcó que el grano de sorgo debe molerse con rodillos diferenciados para no perder digestibilidad. «Debe ser obligatoriamente partido», aclaró.
El sorgo es un cultivo seguro y hay muchos materiales nuevos, como los sorgos blancos, de nervadura marrón y los dulces. El objetivo empresarial es cosechar como mínimo 40.000 megacalorías por hectárea», concluyó.
En tanto, el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo se refirió a los nuevos escenarios mundiales para el comercio y la producción de agroalimentos, donde la Argentina es un actor relevante, Asia es el gran consumidor y África es una inminente aparición como gran demandante. “El comercio mundial creció 4% el año pasado, es decir que el sistema de comercialización está más fuerte, a pesar de Trump, del Brexit y de las medidas arancelarias», destacó.
«El desafío de la Argentina está en su capacidad de convertirse en un gran abastecedor, enfocando su lineamiento estratégico en bienes intermedios para la industria alimenticia», remarcó.