Todo el tiempo nos referimos a nuestros desechos como basura, pero la basura es algo que no sirve más, que no puede ser ni reutilizado ni reciclado, que ya cumplió su vida útil.
Un residuo en cambio es el material resultado de un proceso el cual puede ser reciclado o reutilizado en otro proceso. Es algo que podés volver a utilizar.
Es importante reconocer que en la naturaleza no existe la basura ya que la mayoría de los procesos biológicos son cíclicos. Por ejemplo los residuos que generan los animales y las plantas pasan a formar parte de la tierra en donde se transforman en nutrientes gracias a la acción de las bacterias y microorganismos iniciando nuevamente la cadena.
Los humanos somos los únicos que generamos basura. Solo porque no somos lo suficientemente conscientes de reincorporar esos materiales al sistema productivo.
El crecimiento de la población humana y los cambios en los hábitos de consumo provocaron en las últimas décadas un aumento notable en la generación de residuos, ocasionando una degradación creciente de los ecosistemas.
Los hogares producen cada año millones de toneladas en todo el mundo de residuos sólidos, que incluyen materiales desde materia orgánica, plásticos, metales, embalajes, textiles, etc.
Tratados como basura, los residuos entran en la lógica de usar-tirar, el problema es que al no realizar ninguna separación previa, a la mayoría de los materiales enviados les resulta complejo hacerlos desaparecer. Ni hablar de lo que implica tirar mucho material que todavía puede servir.
Por eso es necesario que comencemos a cambiar la lógica con la que tratamos a nuestros residuos y nos hagamos cargo de los mismos.
La mayor parte del tiempo nos cuesta ver que nuestra “basura” es el trabajo de muchos. Pero es la verdad. En el reciclado hay muchos trabajos y trabajadores que se diferencian por la modalidad en la que realizan su tarea. Estos trabajadores le otorgan un valor a aquellas cosas que otros descartan.
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