La compañía alemana Bayer planea completar la adquisición de la estadounidense Monsanto este jueves 7 de junio luego de recibir todas las aprobaciones regulatorias requeridas en las principales naciones del mundo.
“Duplicaremos el tamaño de nuestro negocio agrícola y crearemos un motor de innovación líder en agricultura, posicionándonos para servir mejor a nuestros clientes y desbloquear el potencial de crecimiento a largo plazo en el sector”, dijo Werner Baumann, presidente del Consejo de Administración de Bayer, durante una conferencia ofrecida hoy lunes en la sede central de la compañía, localizada en la ciudad alemana de Leverkusen.
Bayer se convertirá en el único accionista de Monsanto a partir del 7 de junio. De acuerdo con la aprobación condicional del Departamento de Justicia de los EE.UU., la integración de Monsanto puede tener lugar tan pronto como se haya completado la transferencia de activos de Bayer a Basf, algo que, según la compañía, se espera que ocurra en unos dos meses.
Bayer además informó que “Monsanto ya no volverá a ser el nombre de una compañía”, lo que implica que las sedes administrativas y centros de investigación de Monsanto serán absorbidos por la denominación de Bayer, aunque aclaró que “los productos adquiridos (de Monsanto) conservarán sus marcas y pasarán a formar parte de la cartera de Bayer”.
Bayer anunció su intención de adquirir Monsanto en mayo de 2016 y firmó un acuerdo con la compañía estadounidense por 128 dólares por acción en septiembre de 2016. Actualmente eso corresponde a un costo total de aproximadamente 63.000 millones de dólares (incluyendo la deuda pendiente de Monsanto).
Las autoridades de la Comisión Europea aceptaron la compra de Monsanto por parte de Bayer a cambio de que la compañía alemana se desprenda de algunos activos con el propósito de evitar que la empresa resultante pueda eventualmente ser tan grande que ocasione en el futuro situaciones de posición dominante en el mercado de agroinsumos.
En ese marco, Bayer aceptó vender a Basf unidades de negocios y patentes por un total de 7600 millones de euros, entre las cuales se incluyen la división de semillas y los herbicidas Liberty, además de la plataforma de gestión digital de diseño de cultivos.
“Incluyendo a Monsanto y teniendo en cuenta las desinversiones (que serán transferidas a Basf), la inversión total conjunta en investigación y desarrollo de ambas compañías en 2017 habría sido de 5700 millones de euros, de los cuales 2400 millones corresponden al negocio agrícola”, indicó el comunicado de Bayer (el monto restante se invirtió en los rubros de fármacos y salud).