Luego del revés para las exportaciones de biodiésel argentino a Estados Unidos, el gobierno de Mauricio Macri tiene tiempo hasta el lunes para buscar negociar un «acuerdo de suspensión» para intentar establecer un volumen y arancel de exportación consensuados entre las partes en conflicto.
Según supo Clarín de fuentes que siguen de cerca las negociaciones por la exportación del biodiésel -el principal producto de origen argentino que ingresa al mercado estadounidense-, este acuerdo debe ser solicitado por el Gobierno, luego de que el Departamento de Comercio de Estados Unidos decidiera el martes imponer aranceles de entre 50, 29% a 64,17% por sospechas de que está subsidiado. Concretamente, los demandantes sostienen que el biocombustible argentino está favorecido por las retenciones que se aplican a la soja en nuestro país y por lo tanto los fabricantes de ese combustible compran la materia prima a menor precio.
Hasta ahora el biocombustible argentino sólo pagaba un 4,5% de arancel, lo que significa que la resolución del martes vuelve prácticamente inviable cualquier envío. No se trata de poco dinero, precisamente, ya que la Argentina –el principal productor de biodiesel del mundo– ha exportado a EE.UU. por valor de 1.200 millones de dólares sólo el año pasado.
Todavía no se sabe si el Gobierno activará esta alternativa de «acuerdo de suspensión» o pacto consensuado antes del lunes. Si se decidiera a hacerlo, la administración Macri debería negociar con el Departamento de Comercio estadounidense, las empresas argentinas involucradas y los dos actores que iniciaron la demanda: el National Biodiesel Board y un grupo de productores de EE.UU. El objetivo final sería negociar un acuerdo para establecer volúmenes a exportar y precios. Si se consiguiera un consenso, la medida del Departamento de Comercio quedaría suspendida.
«Es algo sumamente difícil de lograr porque obviamente los demandantes no quieren», dicen las fuentes, ya que han logrado que se impusiera un arancel mucho más alto de lo que ellos solicitaban, un 23%. «Ahí podría entrar a jugar la presión del Departamento de Comercio pero también otros actores porque una decisión de este tipo aumentará el precio del combustible en Estados Unidos», señalan.
Por una regulación de la época de Barack Obama, en Estados Unidos todos los combustibles deben tener al menos un 10% de origen renovable.
El biodiésel argentino entró enseguida al mercado con precios bajos por lo que los sojeros locales se sintieron damnificados. El reclamo viene desde hace tiempo, pero encontraron eco en una administración como la de Donald Trump, que ganó la Casa Blanca con el slogan «Estados Unidos primero».
Pero si el biocombustible argentino queda bloqueado, el precio de la gasolina seguramente subirá porque los locales venden a precio más alto.
En un país donde la mayoría circula en auto o camioneta, que suban las naftas no sería una medida muy popular.
Por eso las fuentes señalan que otros actores podrían presionar a favor de Argentina, como los importadores, las refinerías, los transportistas, el sindicato de camioneros y hasta los usuarios.
Igualmente lograr un acuerdo sería muy duro porque habría que bajar muchísimo el arancel fijado.
SIN DESTINO
? La decisión del Departamento de Comercio de EE.UU. castiga al biodiesel argentino, que representa el 25% de los embarques al país del Norte.
? El biodiesel, combustible en base a la soja, no es sencillo de exportar porque requiere de países que corten los combustibles fósiles con lo de origen vegetal. Los mercados son los países europeos y Estados Unidos, ambos cerrados ahora para la Argentina.
? Al biodiesel apenas se destinan 1,6 millones de las 40 millones de toneladas de soja que se muelen para aceite.
Por Paula Lugones