El Consejo Deliberante de la ciudad santafesina de Rosario prohibió esta semana -en una votación unánime- el uso de glifosato en el área urbana y periurbana afectando la producción agrícola en un total de 260 hectáreas.
Como era de esperar, entidades, asociaciones, organizaciones, productores, dirigentes y empresarios agropecuarios salieron con los tapones de punta a criticar la ordenanza de los concejales rosarinos y a exigirle a la intendenta Mónica Fein que la vete.
«Es una decisión innecesaria que sienta un precedente negativo para la tarea de nuestros productores y para la tranquilidad de nuestras familias que viven en las urbes», expresó Coninagro por medio de un comunicado al que accedió LPO.
«Si se aplican bien, los fitosanitarios generan beneficios para toda la producción del país. Parece que algunos ciudadanos, por desconocimiento, frenan el crecimiento de nuestra actividad rural», apuntó la entidad que preside Carlos Iannizzotto.
La crítica de Coninagro, que se replica en el resto de las entidades rurales, va en línea con la preocupación presente en el sector en relación a la posibilidad de que una medida de similares características pueda replicarse en otras ciudades del interior del país.
«Existen varios estudios científicos que establecen que un uso adecuado y responsable del glifosato no afecta la salud de las personas ni al medioambiente», aseguró el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Alberto Padoán.
En esta línea, Pedro Vigneau, presidente de AAPRESID, dijo que «el glifosato es una herramienta esencial para la agricultura porque ayuda a proveer alimentos a millones de ciudadanos, a reducir las emisiones de carbono y el impacto en el medioambiente».
En tanto, las autoridades de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) decidieron mandarle una carta a las autoridades políticas del gobierno socialista de Rosario exigiéndole que se de marcha atrás con la ordenanza que prohíbe el glifosato.
Por su parte, María Beatríz «Pilu» Giraudo, especialista en siembra directa y ex funcionaria del Ministerio de Agroindustria consideró que «en la Argentina se habla con un alto grado de desconocimiento acerca de la producción de alimentos».
En defensa del uso responsable de agroquímicos y de tecnologías para el control de malezas, plagas y enfermedades, Giraudo explicó que sin su aplicación en trigo y maíz se perdería un 31% de la cosecha y un 100% de la producción de carne vacuna y aviar.
Según comentó Giraudo, otro dato que demuestra la importancia de los agroquímicos es que sin su uso se perdería alrededor de un 28% de la producción de trigo nacional y hasta un 78% del pan que se consume en el país a lo largo de todo un año.
Cabe mencionar que en Europa hay un fuerte debate acerca del uso del glifosato a partir de la indecisión de las autoridades del bloque de no renovar la registración del herbicida lo que podría generarle un perjuicio de hasta u$s 16.800 millones a la Argentina.