Los 30 partidos bonaerenses que conforman el Área de Evaluación del Carbunclo Rural han registrado cuatro brotes de la enfermedad durante 2019 -Olavarría, Rauch y Carlos Casares- una evolución favorable comparada con los 31 ocurridos en 2013. Una de las claves de este progreso es que en esta provincia se vacunó el 93% de la población susceptible, mientras que en 2018 sólo se cubrió al 77% de la misma.
«Si bien ha aumentado el cumplimiento del programa de vacunación obligatorio, no resultó eficiente para el control de la enfermedad, que sigue siendo endémica. Esto se debe a que la inmunización no fue realizada en todos los animales susceptibles, campo por campo, entre otras prácticas exigidas», advirtió el M.V. Ramón Pedro Noseda, referente en el tema, subrayando que las soluciones están al alcance de la mano para un país ganadero como la Argentina.
En ese sentido, en 2019, ocho laboratorios produjeron 25,7 millones de dosis de vacuna, 4,17 millones más que en el año anterior, según datos de Senasa. «Es una de las vacunas más económicas y eficientes del mercado veterinario y la industria local está en condiciones de producir más. Además, si una vaquillona cuesta $40 mil, una dosis de vacuna promedia los $10-11y protege durante un año», agregó, detallando que ya en 1951 fue probada su eficiencia por el Centro Panamericano de Zoonosis.
De la enfermedad
El carbunclo puede presentarse en rodeos de todo el país, aunque las zonas endémicas tienen relación directa con las características de los suelos ya que ahí quedan las bacterias en estado de esporos provenientes de bovinos infectados, los que mueren súbitamente y pierden sangre por las aberturas naturales.
«Si el pH del suelo es neutro o alcalino y hay ciertas condiciones de humedad, los esporos sobreviven decenas de años, sobre todo en pastizales de baja productividad, a la espera de que un animal los levante junto con el forraje para volver a iniciar su ciclo. Por eso, la Cuenca del Salado y otras zonas bajas de Buenos Aires y de la región pampeana, tienen brotes de carbunclo. En general, en suelos ácidos, la enfermedad no prospera”, explicó el especialista, señalando que en La Pampa, otra de las provincias afectadas, 11 de los 22 departamentos presentaron por lo menos un brote de carbunclo bovino entre 2006 y 2019.
¿El control? “Solo vacunar anualmente a los animales susceptibles, práctica que puede realizarse simultáneamente con la vacunación antiaftosa, facilitará la disminución de la carga de esporas en los suelos y controlará esta zoonosis. Y por supuesto eliminar eficientemente los cadáveres de los bovinos muertos súbitamente”, aconsejó Noseda, aclarando que la coordinación pública y privada da resultados muy alentadores para el control de esta enfermedad que puede trasmitirse a los seres humanos.
«Por ejemplo, en el partido de Azul, donde veterinarios y médicos trabajan mediante un Sistema de Alerta y Respuesta, que brinda información de brotes, vacunaciones y eliminación de cadáveres, el último episodio se produjo en 2013 y desde esa fecha tampoco ocurren casos en seres humanos», finalizó.