La eficiencia alimenticia es un parámetro clave para la rentabilidad de la explotación ganadera, especialmente cuando se hace énfasis en los costos de producción. Conozca cómo lograrla y la forma de calcularla.
Una mejor digestibilidad del alimento conduce a una mayor producción de leche sin balance energético negativo que puede ser perjudicial para la salud y la fertilidad de las vacas. De acuerdo a algunos expertos, en el caso de las producciones lecheras, existen unos parámetros que se deben seguir para conseguir una eficiencia.
Marcelo Gutiérrez Botero, médico veterinario zootecnista con maestría en nutrición de rumiantes, indica que la eficiencia en la producción de leche debe saberse calcular, es decir que tanto el dueño del predio como sus colaboradores deben saber hacerlo.
Cómo calcularla
“Esta se calcula como los kilogramos de leche producido dividido por los kilogramos de materia seca que se consume el animal. Esta materia seca es el volumen de alimento suministrado y se descuenta el agua que puede contener este, para que se esta forma se pueda hacer una relación más comparable de los alimentos que se utilizan para los animales”, describe Gutiérrez Botero.
Esta se encuentra en un rango que va desde 1 a 1.8, relacionada con un punto importante que son los días en leche, esto quiere decir que son los días de parida de la vaca.
“Estamos circunscritos a un periodo a partir de los 100 a 120 días, es decir, estamos omitiendo el principio de la lactancia. Esto significa que la eficiencia en la producción de leche en la medida en que las vacas se van haciendo más viejas de paridas, va decreciendo y es en ese momento en el cual podemos determinar que existen elementos con los que podemos manipular esa eficiencia para mantenerla”, describe Gutiérrez Botero.
Lo que trata de decir el profesional es que se necesita que las vacas tengan un pico de producción más estable o que perdure por más tiempo durante su lactancia.
“Cada vez las condiciones del mercado de la producción de leche hacen que los márgenes sean más estrechos, razón por la cual es más importante que procuremos mantener esa eficiencia productiva de las vacas para que hagamos un uso más eficiente de los recursos”, menciona Gutiérrez Botero.
Dicha eficiencia depende de unas condiciones conocidas por todo el gremio ganadero, en donde es clave que la vaca se encuentre recién parida, que refleja la producción de leche porque hace un pico aproximadamente en el día 40 o 60.
A partir de ese segundo mes de lactancia empieza a reducir paulatinamente su producción hasta que llega el momento del secado. Uno de los factores que juega un importante papel en este proceso es el consumo de alimento de la vaca.
En palabras de Gutiérrez Botero, “cuando la vaca cría tiene un consumo de alimento basal para sus requerimientos que todavía no influye en su producción de leche pero a partir que esta inicia la necesidad alimenticia del animal aumenta todos los días y aumenta de una forma muy significativa”.