La cadena de ganados y carnes de la Argentina está viviendo esta semana una de las noticias más importantes de los últimos años. El gran mercado importador del mundo, Estados Unidos, abrió sus fronteras para algunos de nuestros cortes después de 17 años de suspensión. Este país ha sido el principal importador de carne desde hace muchos años, pero esta es una posición que comienza arriesgar con ese otro gran país importador que es China, que está creciendo en forma casi geométrica.
Esta buena noticia sigue confirmando la importancia de tener abiertos la mayor cantidad de mercados y preferentemente los más importantes. Recordemos que este año tuvimos la noticia de la apertura de Japón para los frigoríficos de la Patagonia y hoy debemos sumarle este otro gran jugador.
Las aperturas de países para comercializar carnes están absolutamente atadas a nuestra condición sanitaria y al valor de tener en forma continua organismos públicos como el Senasa, reconocidos internacionalmente que garantizan los mejores estándares sanitarios.
Sobreponerse a las exigencias de inocuidad requerida por Estados Unidos merece una especial felicitación a esos otros actores que son la industria frigorífica, que sobreponiéndose a todos los maltratos durante años supieron actuar responsablemente y hoy son acreedores de todo nuestro reconocimiento. También es importante reconocer el papel del Ipcva, quien durante estos años continuó realizando y financiando acciones para que esta noticia hoy sea posible.
Lo que significa esta noticia en números
Mediante este acuerdo, la Argentina podrá ingresar sin impuestos 20.000 toneladas anuales de carne, gran parte de ella en carne molida y otra parte menor en cortes especiales. Es importante hacer algunos comentarios para saber cómo es la cadena de ganados y carnes en EE.UU. En ese país, el 85% de la faena está concentrada en cuatro grupos de frigoríficos: Thysson Foods, JBS USA, Cargill Protein y National Beef Packing.
Con un stock cercano a los 90 millones de cabezas engorda más del 95 % de la hacienda con destino a faena en feed lot, siendo el más grande Five Ranch Cattle Feeding con un ciclo anual de 850.000 cabezas en 11 establecimientos, siguiéndole Cactus Feeding con 530.000 cabezas por ciclo en 11 establecimientos.
Del total de carne consumida anualmente, el 60% se elabora como carne molida (hamburguesas) y el resto en cortes (lomo, ojo de bife y milanesas) teniendo una menor amplitud de cortes usados que en la Argentina.
Los animales destinados a faena poseen un kilaje cercano a los 600 kilos y con aproximadamente 24 meses, con un nivel de grasa subcutánea (externa) de tres centímetros y un marmolado interno de gran veteado resultado de su forma de alimentación.
Posiblemente nuestro mayor volumen de carne exportada esté centrado en el trimming (recortes de depostada) que, dado el bajo tenor de grasa en el desposte de nuestros animales más magros, permite utilizarse para aligerar las hamburguesas de consumo habitual en Estados Unidos.
Esta apertura demuestra que la solución a nuestros problemas macroeconómicos será apostar a un modelo exportador con valor agregado. En eso está toda la cadena de ganados y carne apostando al futuro aunque a veces los momentos sean difíciles.