Según los últimos relevamientos de la Red de Manejo Plagas (REM), más del 80% de los lotes agrícolas del centro-norte de Santa Fe tienen presencia de Yuyo colorado resistente a glifosato y entre el 50 y el 80% tiene gramíneas resistentes o tolerantes a glifosato. Más aún, en 2017 se confirmó la resistencia a los hormonales 2,4-D y Dicamba en biotipos de Yuyo colorado de la zona, por lo que en esas situaciones las alternativas químicas se reducen aún más. Esto sin dudas implica un manejo muy ajustado para poder lograr lotes en los que las malezas no generan pérdidas de rendimiento. En esta zona, los productores están gastando en herbicidas alrededor de 100 dólares por hectáreas en soja de primera y 65 en soja de segunda.
Los cultivos de invierno o de cobertura, cubren el suelo durante el invierno y controlan malezas. Pero el manejo se complica cuando se llega al momento de cosecha del trigo con malezas nacidas debajo, especialmente Yuyo colorado, y el apuro por la siembra de la soja de segunda obliga a tomar decisiones muchas veces de compromiso y equivocadas. Esto hace que se dude de los reales beneficios de hacer cultivos de invierno en lotes con problemas importantes de malezas y se prefiera dejar el lote en barbecho químico. Desde una mirada sistémica, los beneficios de tener cultivos vivos durante todo el año no deberían quedar postergados por un problema de manejo de malezas, de manera que hay que buscar las mejores estrategias para estas situaciones.
Bajo esta premisa es que el día 21, en Videla, REM llevará a cabo una jornada a campo para discutir estrategias y evaluar en el lote diferentes alternativas de herbicidas para el control de las malezas ya emergidas previo a la cosecha, así como el control residual, para asegurar un buen comienzo del cultivo de soja y maíz siguiente. El Ing. Agr. Marcelo Metzler, investigador y asesor privado estará a cargo de la estación, mostrando además sus resultados en el tema.
La calidad de la aplicación es la clave en estas situaciones: se debe llegarse a controlar malezas pequeñas, semi-tapadas por la cobertura. Más aún, los herbicidas que su utilizan en estas situaciones son mayormente de contacto (Paraquat, Glufosinato de amonio, Carfentazone, Saflufenacil, etc.) y requieren entre 30 y 40 impactos por centímetro cuadrado para un buen control. Aún los mejores herbicidas, aplicados deficientemente, dejan de ser efectivos y en estas situaciones donde no hay revancha para aplicaciones posteriores la clave es no fallar. El Ing. Agr. Lihuel Sartini, especialista en aplicaciones, mostrará a campo diferentes configuraciones de la máquina para llegar al blanco, cuidando siempre de minimizar el riesgo de deriva.