Al permitir que el suelo de su finca se compacte de manera automática se obstaculiza el movimiento de agua y de aire, y por lo tanto, se reduce el oxígeno que debe tener para ser productivo.
“La compactación del suelo corresponde a la pérdida de volumen que experimenta una determinada masa de suelo, debido a fuerzas externas que actúan sobre él, que tienen su origen principalmente en implementos de labranza del suelo como el pisoteo de animales o también cargas producidas por los neumáticos de tractores e implementos de arrastre.
Así lo manifiesta un trabajo de grado realizado por Rafael Antonio Acosta Díaz, para obtener el título de Ingeniero Agrícola de la Universidad de Sucre cuyo director fue el Ingeniero Antonio Tovar Especialista en Aguas y Suelos.
“Se ha demostrado que la compactación del suelo es dañina, sobre todo si sucede en los primeros 50 cm de la superficie del suelo, donde es usual que se geste el mayor crecimiento radical de las plantas”.
De acuerdo con la investigación, “cuando el suelo es compactado, se reduce o se destruye el sistema de macroporos presente en el suelo. Estos son importantes para el movimiento del agua y el aire en el suelo, y sin ellos, se presentan condiciones anaeróbicas en la etapa de crecimiento”.
“Al ocurrir condiciones anaeróbicas en el suelo, se reduce el oxígeno disponible, que trae como consecuencia la reducción en la desnitrificación, pérdida de nutrimentos en las raíces y cambios en el metabolismo de las plantas”.
Acosta Díaz, dijo que, “la poca capacidad de almacenamiento de agua presentan una reducción alarmante en la cobertura de la gramínea quedando en algunas zonas con suelo descubierto o las llamadas calvas o peladeros”.
La solución
“Este panorama obliga a los productores a otorgar mayor atención a la captura y almacenamiento de agua en el suelo para aumentar gradualmente su producción y nutrición”.
Comenta el estudio que, “estas áreas afectadas se pueden mejorar apreciablemente a corto plazo con el empleo acertado de prácticas de labranza y prácticas auxiliares de mejoramiento y conservación que contribuyan a remover o eliminar las limitaciones de los suelos que actualmente afectan la producción sostenible de cultivos, en este caso de pastos”.
“Indirectamente, también se afectan diversos procesos químicos y biológicos del suelo. Es por eso que cuando se realiza labranza vertical lo que se busca es aumentar los macroporos y mesoporos, en estos últimos se retiene el agua disponible para las plantas”, recalcó el estudio de la Universidad de Sucre.