Alejandro Córdova Izquierdo, doctor en Ciencias Veterinarias de la Universidad Complutense de Madrid, sostuvo que los veterinarios, productores y en general las personas relacionadas con los animales deben responder por su rendimiento.
“El humano es el responsable directivo del manejo reproductivo del ganado en términos generales, por lo cual es él quien debe y tiene la responsabilidad de proporcionar al ganado el manejo adecuado, lo cual repercute directamente sobre el desempeño de fertilidad de los animales”, escribió.
El experto se refirió a aspectos de manejo como la alimentación, esencial para garantizar un buen desempeño reproductivo, o incluso las instalaciones para brindar confort y bienestar.
En cambio, si no garantiza una buena nutrición, el factor humano en las ganaderías puede ocasionar problemas tales como estros irregulares y/o anovulatorios, así como un incremento en los días abiertos e intervalo de partos.
De igual forma, puede ocasionar una caída en el desempeño reproductivo de los machos, al provocar una disminución del deseo sexual y calidad seminal.
Sin duda alguna, la influencia del ganadero en la performance del toro o la vaca es evidente, pues debe garantizar a sus bovinos un estado de confort que incluya una dieta equilibrada para suministrar los nutrientes necesarios para la reproducción.
Otros problemas se presentan cuando emplea tecnologías de reproducción avanzada como la inseminación artificial o la transferencia de embriones, que requieren saber cuándo la vaca está ovulando, esto es, debe saber identificar los estros.
“El inseminador y el manejo del semen y todo lo relacionado también tienen un factor importante para que tengamos problemas de fertilidad, por el lugar y las condiciones higiénicas”, dijo Córdova en el portal Engormix.
Asimismo, la eficiencia en la detección de celos en las vacas depende del programa diseñado por el equipo de manejo, por lo cual, si se presentan fallas, la fertilidad en el hato puede verse disminuida.
Estos errores pueden ocasionar infecciones uterinas, ya que las vacas se inseminan cuando el útero es más sensible a dichas infecciones, así como también conllevan el derroche del semen y del trabajo cuando no se identifican los estros con mejor precisión.