CONtexto ganadero tuvo la oportunidad de entrevistar a Carolina Bespalhock Jacometo, PhD en Biotecnología y docente de la Universidad de La Salle, que desarrolló su tesis de doctorado en la aplicación de esta área de la ciencia en los rumiantes. Estos fueron sus hallazgos.
Bespalhock Jacometo, proveniente de Brasil, asumió como el cargo como docente de la facultad de Ciencias Agropecuarias y coordinadora del énfasis de Nutrición de la maestría y el doctorado en Agrociencias de La Salle.
“En los últimos 10 años se ha avanzado en la aplicación de la nutrigenómica en la nutrición animal, que antes había estado más enfocada en los seres humanos. Esta área de la ciencia busca entender cómo los compuestos bioactivos de los alimentos interactúan con el metabolismo, porque toda la función corporal es controlada por las proteínas”, especificó.
En el 2° Congreso Nacional de Nutrición de Bovinos, la experta dirigió la charla sobre la nutrigenómica como herramienta para mejorar la eficiencia de los sistemas lecheros, en donde explicó que las proteínas son sintetizadas por el material genético de las células, lo que puede reflejar mayor productividad y rendimiento de los animales.
La tesis de Bespalhock estuvo enfocada en el periodo de transición de las vacas lecheras, en el cual afrontan desafíos como el balance energético negativo y reducción de consumo de materia seca.
Su trabajo consistió en buscar estrategias nutricionales para incidir positivamente en las hembras durante esta etapa y lograr mejores resultados. Así pues, en lugar de proporcionar energía o minerales, recurrió a la suplementación de aminoácidos esenciales, especialmente metionina.
“Otro aspecto que trabajé fue la programación fetal a través de la nutrición materna, esto es, cómo la alimentación de la madre afecta la eficiencia de los terneros, la expresión de sus genes, enfocado especialmente en metabolismo hepático, que es esencial para la supervivencia de un neonato, y también en neutrófilos, las principales células inmunes”, aseguró.
En su trabajo logró confirmar el impacto positivo en el desarrollo y crecimiento de las crías cuando se suministran estos nutrientes en el preparto de la vaca.
Aun cuando reconoció que su exposición puede sonar “muy teórica” para los productores pecuarios y que no espera que alguien diga que aplica la nutrigenómica en sus hatos, señaló que su investigación es fundamental para el diseño de nuevas estrategias nutricionales.
“Yo veo que el conocimiento de la nutrigenómica no es una solución, sino una herramienta que los profesionales, nutricionistas o zootecnistas, tienen para poder hacer estos planes y mirar cuál es la mejor combinación de nutrientes que vayan a conversar con los genes y expresar mejor producción, mejor salud y menor impacto ambiental”, argumentó.
