El consumo de carne porcina, así como de embutidos y fiambres derivados del cerdo, mantuvo este año que pasó la tasa promedio de crecimiento del sector, superior al 10% anual que se acostumbró a tener en los últimos cinco años. Así, continúa siendo la carne de mayor crecimiento, teniendo en cuenta las otras cadenas como las de la carne vacuna o la aviar.
Según destacó la Confederación Intercooperativa Agropecuaria(Coninagro), en un informe técnico elaborado por su área de Economía, el país en los últimos siete años duplicó la producción de carne de cerdo, pasando de 280.000 toneladas en 2010 a unas 565.000 toneladas estimadas para 2017.
El estímulo para el consumo local se vio influenciado en primer lugar por los valores de los cortes frescos, que actúan como el principal sustituto de la carne bovina. Además, se agrega como justificación el cambio en los hábitos de consumo, con una mayor población reconociendo los atributos de la carne de cerdo.
«Del total de productos cárnicos consumidos por la población del país (125 kg/hab/año, incluyendo carne bovina, aviar, porcina, ovina y pescado), el de carne de cerdo es uno de los menores (15 kg/hab/año), pero es la carne que mayor crecimiento viene teniendo, superando el 10% anual promedio en los últimos cinco años, mientras que las principales mantuvieron sus niveles de consumo», destacó el informe.
Si bien afloran quejas por los altos costos de producción, donde la alimentación es el principal costo con entre el 50% y 75% del total dependiendo del tipo de modelo productivo, y también por la creciente importación de productos terminados, el sector evidencia una evolución desde el 2011 con crecimiento sostenido de las existencias porcinas. Al 2017, alrededor de 100.000 unidades productivas registradas en Senasa poseen en conjunto un stock de 5,1 millones de cabezas y un total de 962.000 cerdas (con una tasa de crecimiento que osciló entre 3% y 4%). «Con respecto a la cantidad de cerdas, el crecimiento prácticamente se ha detenido, quedando en algo menos de 1 millón de cerdas. Aunque no es una conclusión lineal, dado que depende de varios factores, se puede inferir que, si el crecimiento del stock es mayor al de la cantidad de cerdas, la producción por cerda ha ido mejorando en al menos los últimos cinco años», se afirma.
En el caso de las importaciones, si bien en el último año fueron muchas las quejas por su crecimiento, puesto en perspectiva el volumen de la importación se redujo relativamente, pasando del 14% en 2007 al 6% en 2017 de la oferta total. Se explica también que las quejas de las entidades que agrupan a los productores de cerdos se manifestaron por favorecer la importación de carne de cerdo permitiendo que ingresen enfermedades de las cuales la Argentina es libre y que ingrese carne congelada y luego se venda como descongelada. También, el aumento de la producción también trajo aparejado un leve crecimiento de las exportaciones.
Pasaron de ser prácticamente inexistentes hace 10 años hasta trepar al 2% de la producción actual.
En total, el 70% del stock de porcinos se localizan en la región Centro: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, vinculado con la principal zona maicera del país (principal insumo de la producción porcina). Otras zonas productoras con localizaciones puntuales son centro de Chaco, noreste de La Pampa, centro de San Luis, y determinadas zonas de Salta y Formosa.