En un contexto de déficit hídrico los cultivos se presentan como plantas de baja altura, con vainas muy próximas al suelo y bajos niveles de humedad, que incrementan el riesgo de abertura de vainas y desgrane. La campaña se presentó con elevadas temperaturas y un marcado déficit hídrico que complicaron el normal desempeño de las…
En un contexto de déficit hídrico los cultivos se presentan como plantas de baja altura, con vainas muy próximas al suelo y bajos niveles de humedad, que incrementan el riesgo de abertura de vainas y desgrane.
La campaña se presentó con elevadas temperaturas y un marcado déficit hídrico que complicaron el normal desempeño de las labores a campo. No obstante, estas condiciones ambientales que aumentan las probabilidades de pérdida al momento de la cosecha se pueden reducir con recomendaciones técnicas del INTA.
De acuerdo con Federico Sánchez, especialista del INTA Manfredi, en un contexto de déficit hídrico los cultivos se presentan como plantas de baja altura, con vainas muy próximas al suelo y bajos niveles de humedad, que incrementan el riesgo de abertura de vainas y desgrane.
Para evitarlo, el técnico recomendó regular la cosechadora. En referencia al cabezal de la máquina, Sánchez aconsejó implementar una velocidad de avance de hasta de seis kilómetros por hora para darle mayor oportunidad al cabezal sojero de captar estas plantas de bajo volumen, sin pasarlas por encima.
«Ajustar la altura de corte lo más cerca posible del suelo para recoger las vainas que se encuentren a baja altura y éstas no se transformen en pérdidas de cosecha», indicó.
A su vez, recomendó «adaptar el molinete con kits especiales, como paletas de goma, para levantar sojas de bajo volumen vegetativo» y advirtió que estos complementos «deben ser extraídos si se va a trabajar en un lote con un cultivo de desarrollo normal, ya que pueden ser causa de pérdidas».
Control diario
En este sentido, subrayó la necesidad de controlar el estado general de cuchillas y puntones, así como de reemplazar los elementos deteriorados. «Esta debe ser una tarea diaria en un cultivo de desarrollo normal, más aún en un cultivo de bajo porte», aseguró el especialista en cosecha de granos y forrajes conservados.
«Además, es importante medir las pérdidas de cosecha durante toda la jornada de trabajo, según la metodología del INTA, para saber qué sucede en diferentes sectores del lote», añadió Sánchez.
Trilla
En cuanto a la regulación del sistema de trilla, separación y limpieza, Sánchez recomendó estar atentos al residuo de cosecha. «Moler la paja con una excesiva agresividad del sistema de trilla provoca un gasto de energía inútil y complicaciones en los sistemas de separación y limpieza, que se traducen en el campo como pérdidas por cola», aseguró.
«Cuando regulamos un sistema de trilla, lo primero es no perder de vista la definición correcta del proceso en sí», explicó el técnico, quien detalló: «trillar significa separar el grano del resto de la planta, sin provocar un excesivo desmenuzado del resto que origine grandes volúmenes de granza y paja y, por ende, pérdidas de cosecha».
Respecto de la trilla, Sánchez sugirió observar el buen estado de los batidores en las cosechadoras con un cilindro convencional o con el de las muelas en las axiales.
«El excesivo desgaste o el aporte de material duro sobre las máquinas producirá el mismo efecto: falta de trilla», aseguró, al tiempo que señaló la importancia de realizar un buen mantenimiento de estos componentes para contribuir a un buen trabajo de trilla y evitar elevadas pérdidas por cola.
Al momento de regular el órgano de trilla en cultivos afectados por sequía, debe considerarse que se procesará un menor volumen de hojas, vainas y tallos, por lo que los granos estarán más expuestos al daño mecánico por fricción e impacto de los órganos de trilla.
En esta línea, Sánchez aconsejó trabajar con valores cercanos a las 400-450 revoluciones por minuto (rpm) en rotores axiales y a las 600 rpm en cilindros convencionales.
«En la actualidad existen kits de modificación recomendados para la trilla de soja tanto para el sistema convencional como para los axiales, donde se disminuye la cantidad de barrotes de fricción casi en un 40% y, además, el diámetro de los alambres de 8 mm pasan a 6 mm».
«Todo esto permite bajar el consumo de combustible por toneladas de cultivo procesado», aseguró. Además, el técnico de Manfredi recomendó que, si se detecta daño mecánico en el grano, es conveniente reducir las rpm del sistema de trilla manteniendo la velocidad de avance.
Si persiste el daño mecánico, aumentar la luz de trilla cilindro-cóncavo. «No por reducir la velocidad de avance se bajará el partido de grano, ya que muchas veces está en función de las condiciones de mantenimiento y del equipamiento adecuado», indicó.
Para evitar el daño mecánico provocado por los sinfines de descarga, la recomendación general es no descargar totalmente la tolva y detener la descarga cuando comienza a descubrirse el protector del sinfín inferior de la tolva, llamado comúnmente «bonete».
Por último, en la época de mantenimiento de la máquina, es necesario controlar su excesivo desgaste, dado que el borde del sinfín con filo produce un importante aumento de rotura de granos. Cuando se reemplaza, debe mantenerse siempre una luz o cama de granos de unos 15 mm para reducir el partido.