El temporal del domingo por la madrugada sorprendió en caudal y consecuencias. Si bien no fue el más intenso de los últimos meses, llegó al corazón de la cuenca lechera para volver a complicar la actividad y sobre todo para demostrar la falta de obras de infraestructura, en Santa Fe, en Córdoba, así como se viene viendo desde diciembre en Chaco, por ejemplo.
Muy en el centro santafesino, en Humboldt Chico, departamento Las Colonias, desde un tambo se pudo ver por redes sociales el padecimiento de vivir en el medio del campo, sin caminos.
Lidia Sánchez es tambera, ella ordeña y su rentabilidad proviene de compartir las escasas ganancias de la explotación con el dueño de la misma. Junto a su esposo y cuatro hijos se hacen cargo del tambo y las obligaciones como familia, donde la educación está bien por encima de muchas otras prioridades.
El primer día de esta semana a través de Twitter, donde Lidia muestra su tarea cotidiana, se pudo compartir la odisea de sacar el auto de la familia hasta el camino arenado, para poder el lunes temprano llevar a una de sus hijas a la escuela. Entre agua y barro la misión fue cumplida, pero el esfuerzo repetido no cesa por la realidad de la ausencia de obras.
Desde hace 15 años trabaja en la lechería, hace una década que es tambera y hace tres años que está en el tambo actual, que “no tiene un arenado, un afirmado para poder salir del campo, para llegar directamente a la Ruta Provincial 70, que está a siete kilómetros, también para poder sacar la producción, sin romper los caminos, arriesgando al tractor”.
Del tambo al camino arenado más cercano están a 2,5 kilómetros, mientras que se deben sumar tres kilómetros más hasta el CER 560, donde los más chicos hacen la escuela primaria y se trasladan en bicicleta habitualmente. La hija mayor estudia en la Escuela Técnica de la localidad de Humboldt y el traslado hasta el pueblo es la odisea más compleja cada mañana después de un temporal. El lunes tenía una prueba y según ella “no podía faltar”. Por la tarde, en moto, Lidia también va al pueblo a estudiar todos los días.
Ya está en cuarto año de la escuela nocturna EMPA 1268, cursando de 19:30 a 22:30, mientras los ordeños la esperan sin falta a las 3:30 y 15:30, sin descanso. Ama de casa, tambera y mamá dice que estudia a veces mientras trabaja, con una de sus hijas que le va leyendo los apuntes mientras ella está en la fosa, o le graba audios que escucha en el celular. Cuando los días son difíciles no se puede, pero cuando la tarea se ordena dice que encuentra una hora para sentarse con sus libros, esperando terminar el secundario a fin de año.
Los costos que se escapan después de cada lluvia, por los traslados extraordinarios y por mantener encendido el equipo de frío de la leche que no se puede entregar. Más de tres mil litros esperan ser recogidos en el momento que pase el barro.
“Los días de lluvia son una tortura. El domingo cayeron 120 milímetros, pero los días de 40 milímetros pasa lo mismo, es imposible transitar y cada vez se agrava más el problema. Sin dudas el día que está seco el trabajo es un poco más liviano”, comenta sobre su tarea que incluye el ordeño de 108 vacas, con un resultado de 1.500 litros por día.
“A mi me gusta el trabajo del tambo, yo quiero seguir en el campo. Me gustaría que mis hijos también siguieran en esto, pero con un estudio, con un título que les permita sacar adelante el tambo. Por eso yo decidí instruirme para poder crecer”, comenta, mientras lamenta que quienes toman decisiones sobre las obras que faltan no ven, ni escuchan los reclamos. Sólo una candidata a intendente de la vecina ciudad de Esperanza se comunicó en estas horas con ella.
En plena cuenca lechera explica que “estas lluvias nos dejaron sin pasturas, ahora. Todo el silo que teníamos acumulado para usar en el invierno ya se fue dando en todos los días de lluvia y ahora nos queda muy poco”.
De todas maneras y más allá de la ocasión del precio, para Lidia Sánchez lo más complejo del tambo es el clima. “Vos las ves a las gordas caminar en el barro y es como que dijeran que no quieren más, las estresa, las cansa y con los problemas de patas y de mastitis empezamos a perder litros. Por más que no ayude el precio, cuando el clima ayuda es mejor el trabajo. Hay que pensar que hoy tengo a todos los terneros en el barro y con agua, porque no hay más lugar para ponerlos”, a pesar que las noches se pasen pensando cómo mejorar esa situación del piso y del retiro de la leche.
Ella tiene buena señal de celular en el campo y esta vez no tuvo cortes en el servicio de energía eléctrica, a diferencia de localidades vecinas, pero esta es la demostración de la vida compleja que sigue proponiendo el campo en la Argentina, a pesar del transcurso del Siglo XXI.
Caminos transitables y desagües hacen falta. El paso por el centro santafesino del tendido de un gasoducto fue tapando algunos escurrimientos naturales de agua y eso complica más el panorama al momento de las lluvias.
Esta es una demostración del ánimo de los tamberos por seguir adelante. Por más chicos que sean tienen la intención se resistir, de seguir adelante, por amor a las vacas, por el gusto del esfuerzo en el tambo, pero que sin dudas requiere una señal de acción por parte de quienes definen obras y políticas.