Los chacinados artesanales celebran su día en la icónica ciudad de Tandil. De esta manera, cada 30 de agosto se celebra el Día de la Industria del Chacinado en honor a las y los trabajadores del sector. Por su parte, el primer fin de semana de noviembre se realizará el Festival Chacinar del salame y del cerdo donde se presenta el salame más largo del mundo.
En 1870 se produjo una transformación en el método de la conservación de las carnes. Se cambió sal por frío y se llevó a cabo el primer embarque de carnes frescas con la utilización de ese método.
Con este cambio, los chacinados artesanales se diferenciaron por sobre los industriales. Actualmente, existen más de 600 empresas familiares.
El salame de Tandil se volvió un referente en los chacinados. Pablo Cagnoli, presidente de la empresa y tercera generación de la familia chacinera de esta ciudad comentó que la empresa la formó su abuelo, un inmigrante italiano de la posguerra que llegó con muchísimas recetas y la visión de que nunca faltara el alimento en su hogar.
“Hoy en día, el sector del chacinado integra a toda la cadena agroalimentaria porcina que nace con el maíz y termina en productos de alto valor agregado como son los jamones cocidos, crudos, salames, salamines, chorizos y tantos otros que son referentes en el mercado internacional de especialidades, principalmente en Latinoamérica”, agregó quien además es vicepresidente del consejo de la denominación de origen salame de Tandil.
La industria del chacinado busca transformar la carne en nuevos productos con alto valor agregado. Para ello, utilizan distintos métodos de elaboración que aportan sus saberes y que destacan las características diferenciadoras.
Tandil se potenció con el desarrollo turístico asociado al producto. En torno a la industria se generan más de 1200 puestos de trabajo directos y 3500 indirectos. Además, se suma que la elaboración de un chacinado surge del campo y llega a las ciudades.