Esta afección se encuentra en distintas regiones ganaderas, siendo muy significativa en las principales zonas criadoras del país. La enfermedad es considerada una de las parasitosis más importantes a nivel mundial entre los animales alimentados a pasturas y origina disminución en la producción.
Los huevos del parásito, alrededor de 500 a 20.000 huevos por día en fasciola adulta, son eliminados en las heces de los animales infestados. Una vez en el exterior su evolución se produce en pocos días y buscan un huésped intermediario, como el caracol de aguas dulces. La distribución de la enfermedad depende de la presencia de caracoles pulmonados acuáticos que prefieren los terrenos bajos, las zonas inundadas y los arroyos con poca corriente.
Consecuencias
El parásito infesta a los animales que los ingieren con el consumo de forraje y, desde el intestino finalmente llega al hígado. Allí las fasciolas permanecen durante 6-8 semanas, dañando el tejido hepático hasta alojarse finalmente en los canalículos biliares.
La fasciolosis crónica, que es la forma más común en bovinos, puede provocar anemia por deficiencia férrica con distintos grados de gravedad, fiebre, edema, diarrea o estreñimiento y pérdida progresiva de la condición que se manifiesta en reducción del crecimiento y del aumento de peso.
Siendo la anemia la sintomatología típica en los animales afectados, es el análisis de laboratorio la herramienta más adecuada para detectar la enfermedad.
¿Qué podemos hacer?
El control de la enfermedad difiere según la categoría del animal. Con animales adultos hay que combinar varios aspectos, como época del año, manejo del rodeo, desparasitación estratégica y vacunación contra hepatitis necrótica. En cambio, en animales en crecimiento, lo recomendable es que no entren en zonas con presencia de caracoles, ya que los mismos pueden ser portadores de los huevos de fasciola.
La fasciola hepática no solo puede atacar al ganado. Diferentes investigaciones que se han llevado a cabo han determinado que esta parasitosis es una zoonosis, pudiendo el hombre ser un huésped definitivo de la fasciola.
Para evitar que la hacienda pueda contraer esta enfermedad se recomienda consultar al profesional de su confianza o en el INTA.
Méd. Vet. Ricardo Piccinali
INTA Concepción del Uruguay
Esta nota forma parte de la edición de Octubre de Ganadería y Compromiso