Después de cinco semanas de tensiones en el mercado cambiario, el Ministerio de Economía, conducido por Martín Guzmán, anunció este lunes un paquete de medidas para descomprimir la presión sobre el dólar y puso marcha atrás sobre las regulaciones que el Banco Central (BCRA) había adicionado el 15 de septiembre.
El Gobierno busca así un cambio en las expectativas, aunque reconoce que no será inmediato y que llevará tiempo domar la ansiedad que imperó en el mercado durante las últimas semanas.
Como había adelantado el viernes pasado en el Coloquio de IDEA, Guzmán facilitó la operatoria mediante el dólar Contado con Liquidación (CCL), en un intento de reducir la brecha cambiaria, que genera expectativas desfavorables sobre la evolución del tipo de cambio.
«El BCRA derogará el punto 5) de la Comunicación A7106, para fomentar la operatoria de emisiones locales en mercados regulados argentinos», señala el comunicado oficial.
Esa regulación de hace un mes establecía que «los no residentes no podrán concertar en el país ventas de títulos valores con liquidación en moneda extranjera».
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Por otro lado, la Comisión Nacional de Valores (CNV) dispondrá una reducción a 3 días en todos los períodos de permanencia vigentes de valores negociables (parking) y «favorecerá el proceso de intermediación para incrementar la liquidez de los instrumentos locales».
Los plazos actuales iban desde los 5 días para residentes hasta los 15 días para los no residentes.
Los nuevos cambios en las regulaciones van en el sentido contrario al rumor que circuló la semana pasada en la city sobre nuevas restricciones para evitar la fuga de fondos extranjeros.
En ese sentido, la Secretaría de Finanzas realizará, finalmente, la primera subasta de un bono en dólares que se integrará con pesos para darle salida a fondos extranjeros que quedaron atrapados en la curva de pesos con las operaciones de carry trade.
Entre el 9 y el 10 de noviembre se licitará un bono a 2030 o 2035 por u$s 750 millones, que replicará las condiciones de los instrumentos emitidos tras el canje de deuda local, en septiembre.
En clave política, con este paquete de medidas Guzmán asumió en soledad la conducción económica y ganó un round en la interna con Miguel Pesce, presidente del BCRA. La centralización de los anuncios en un comunicado de Economía es una señal de ello.
El presidente, Alberto Fernández, entendió que necesitaba empoderar al ministro después de probar que las regulaciones anunciadas por el titular del ente monetario el 15 de septiembre (en paralelo a la presentación del Presupuesto 2021) no funcionaron como esperaban en el Gobierno.
«Las medidas actuaron sobre el Contado Con Liqui no de manera positiva sobre el precio, sino mediante volúmenes que se achicaron. De esa forma, una orden de cierto tamaño adquirió mayor impacto y volvió más volátil al mercado. No funcionaron y por eso las estamos dando vuelta, las revertimos», explicaron en las cercanías de la Casa Rosada.
En el Gabinete Económico entienden que las operaciones con CCL no tienen correlato con las reservas internacionales del BCRA y por eso buscarán facilitarlas, para que haya «más profundidad de mercado, no menos».
Aunque el crecimiento de la brecha cambiaria en las últimas semanas es un motivo de preocupación para el Gobierno, en el Palacio de Hacienda insisten con que el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita de la Argentina no es de u$s 4500, como lo indica la cotización del dólar paralelo legal, sino mayor, cercano a los u$s 10.000.
«La brecha importa porque afecta a las expectativas. El tipo de cambio que afecta a la economía es el oficial, no los alternativos. No va a pasar de un día a otro, pero apuntamos a calmar las expectativas», analizan.