De acuerdo al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el 60 % de la faena nacional de cerdo es generado por grandes productores que poseen el 40 % de las madres, mientras que el 40 % restante proviene de establecimientos de pequeña y mediana escala que reúnen el 60 % del capital reproductivo y, a su vez, representan el 95 % del sector.
“En la Argentina, la producción porcina todavía es una actividad con muchos actores, donde pequeños y medianos productores tienen un rol importante”, indicó Marcos Diankoff, presidente de la Asociación de Productores de Porcinos de la Provincia de Santa Fe (Aprosafe), asociación sin fines de lucro creada en 2015.
El dirigente destacó que existen buenas oportunidades para el negocio porcino. “El mercado se amplía cada vez más y el consumo per cápita sigue en aumento de la mano de un consumidor que encuentra en el cerdo una carne alternativa a buen precio, calidad y sabor”, agregó Diankoff.
A estos factores, sumó la oportunidad que representa la eliminación de la barrera sanitaria al habilitar el comercio de carne con hueso a la Patagonia, así como la consolidación de un consorcio de exportación “que abrió un mercado de venta de media reses actualmente en expansión”.
En este contexto, Diankoff señaló la importancia de que el Estado –en sus diferentes niveles– impulse líneas de financiamiento que alienten el desarrollo de la cadena porcina a largo plazo. “El sector merece una política que comience a pensar temas vinculados con la estructura del sector, a favor de mayor tecnificación y competitividad de los distintos estratos productivos”, explicó.
Además, sugirió la necesidad de que haya medidas políticas que regulen el flujo de importaciones según la estacionalidad de la producción argentina. “Si bien son necesarias para cubrir una demanda interna y comercial que excede los volúmenes ofertados, genera problemas a nivel productivo, debido a que se importan cortes populares y eso suele incentivar una competencia desigual”, sostuvo.
Según estimó Diankoff, “el 11 % de la carne de cerdo consumida en el país proviene de importaciones cuando, hasta hace pocos años, esa cifra rondaba el 5 %”. “Incluso, hay cortes demandados como la bondiola, cuya cantidad importada representa el 40 % del total consumido”, añadió.
Desde Aprosafe, actualmente fomentan la conformación de una Comisión Porcina Provincial, integrada por entidades de productores, facultades, el INTA, el Senasa, entre otros actores. “En esta mesa representativa, se gestionan todas las acciones para el sector con una mirada a mediano y largo plazo”, dijo Diankoff.
En este sentido, trabajan en un relevamiento para conocer la estratificación de los establecimientos “a fin de diseñar políticas ajustadas a las necesidades concretas”, aclaró Diankoff. A su vez, promueven el consumo de carne porcina –a través de la participación en la mesa nacional– y la adopción de buenas prácticas productivas.