«La mayoría de los productores vamos a vender la parte de la cosecha que nos permita cubrir las deudas que venimos arrastrando del año anterior y el resto lo iremos liquidando a lo largo de los meses», afirmó en diálogo con LPO un importante productor del sur santafesino que pidió preservar su nombre.
Los dichos del hombre de campo, que participa activamente de la vida institucional de una de las entidades que lo representa, ilustra de forma bastante precisa el espíritu que domina a la mayoría de los productores argentinos que siguen apostando al gobierno de Macri pero que advierten que a la hora de vender sus productos, evaluarán el mercado.
Es por ello que, según pudo conocer LPO, cuando en abril y mayo se haya levantado el grueso de la cosecha de maíz y soja -que se calcula en unos 30 mil millones de dólares entre las 55 millones de toneladas de soja y 45 de maíz- los productores opten por liquidar el porcentaje que les permitan cancelar las deudas del año pasado en insumos, deudas financieras y servicios.
Esto significa, que estarían liquidando inmediatamente entre un 30 y un 40 por ciento del total de la cosecha «y el resto lo vamos a tratar de retener lo más que se pueda», explicó el productor. Un porcentaje considerablemente menor al que espera el gobierno que se ha apoyado casi exclusivamente en la campaña récord para mostrar mejoras en la economía.
La campaña tendrá una diferencia significativa con la del año pasado que sufrió una sequía histórica y luego inundaciones que hicieron que falten 9 mil millones de dólares al perderse entre 20 millones de toneladas de soja y diez millones de maíz. Este año, se esperan cosechar 55 millones de soja y unos 45 de maíz.
«No creo que haya explosión de dólares en el campo al menos en el mediano plazo. Luego de cancelar las deudas, lo que te sobre lo dividís en 12 y lo vas liquidando por mes», explicó el productor.
‘No creo que haya explosión de dólares en el campo al menos en el mediano plazo. Luego de cancelar las deudas, lo que te sobre lo dividís en 12 y lo vas liquidando por mes’, explicó el productor.
De hecho, reconoció que no sería la mejor estrategia ya que si se liquida la totalidad de la producción y las ganancias se destinan al sistema financiero generaría mayores réditos «pero por un lado, el chacarero no conoce el mundo de las inversiones y por el otro, no confía y prefiere sentarse sobre la soja». Las complicaciones que adicionan el impuesto sobre los plazos fijos y el hecho de que las tasas de interés para los depositantes no garanticen ganarle a la inflación ni al dólar también los disuaden de cambiar las silobolsas por el banco.
Es que ante la depreciación del peso, los productores prefieren retener la soja que «es nuestra moneda fuerte, lo más parecido al dólar que tenemos» evaluó la fuente. Además, creen que luego de las elecciones el dólar puede volver a dispararse y si eso ocurre, perderse de liquidar en ese momento.
«A Macri no le conviene que el tipo de cambio se mueva antes de las elecciones, tampoco que se atrase mucho, por eso creemos que va a estar más o menos estable pero después puede haber una suba importante» concluyó.