El déficit comercial argentino -la diferencia entre los bienes que se exportan e importan- sigue aumentando de la mano de la falta de competitividad que registra la economía por los altos índices de inflación y la dependencia, casi exclusiva, del complejo sojero.
En el primer trimestre del presente año, el déficit comercial global de nuestro país fue de u$s 2.494 millones versus u$s 1.178 millones en el mismo periodo del año pasado. En 2017 se alcanzó un récord de u$s 8.471 millones que este año podría batirse.
El dato más importante es que, según datos del INDEC, en enero/marzo de este año la Argentina tuvo el déficit comercial más elevado con China, el país más poblado del mundo y gran consumidor de las materias primas que se producen en nuestro país.
El saldo negativo en los primeros tres meses con China fue de u$s 2.615 millones contra u$s 1.758 millones en 2017. Se trata, según publicó el sitio especializado valorsoja.com, de la cifra más alta desde el anterior récord registrado en 2014 de u$s 2.352 millones.
Los datos del INDEC muestran que Argentina exportó a China apenas u$s 721 millones en enero/marzo, mientras que el gigante asiático ingresó productos por u$s 3.336 millones entre locomotoras, vehículos, piezas, accesorios y glifosato, entre otros bienes.
Un aspecto más que preocupante para nuestro país es que Chile -que cuenta con un Tratado de Libre Comercio- exportó en el primer trimestre a China cerezas por un total de u$s 538 millones, el equivalente al 75% del total de las exportaciones argentinas.
Los especialistas en comercio exterior destacan que uno de los principales problemas que tiene la Argentina es que hay sectores que consumen muchos más dólares de los que generan y que son subsidiados, casi en su totalidad, por el sector agroindustrial.
El año pasado, el rubro «viajes y otros gastos con tarjeta» consumió u$s 10.577 millones y el sector «transporte de pasajeros» u$s 2.086 millones. En cambio, el ingreso de divisas por esos ítems fue de apenas u$s 1.955 y u$s 46 millones, respectivamente.
Uno de los sectores que puede ayudar a romper la tendencia récord del déficit comercial es la ganadería vacuna. En 2017 las exportaciones de carne bovina a China rondaron las 100 mil toneladas representando una suma cercana a los u$s 400 millones.
«Tenemos que redoblar los esfuerzos en materia de promoción y posicionamiento de la marca ‘Carne Argentina’ porque China recién nos está conociendo y tenemos mucho potencial de crecimiento», comentó Ulises «Chito» Forte, presidente del IPCVA.
En esta línea, las economías regionales (arroz, azúcar, limones, frutas, hortalizas y vinos, entre otros productos) también tienen mucho potencial de crecimiento a la hora de aumentar las exportaciones y reducir el déficit comercial global argentino.
«Una inserción profunda y sostenible en los mercados extranjeros no solo depende de la competitividad cambiaria y la demanda de nuestros socios, sino también de una política internacional coherente a largo plazo», dijo Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.