La capacidad de la Argentina para generar dólares genuinos del comercio exterior es cada vez menos eficiente a juzgar por las estadísticas oficiales. No solamente el saldo negativo de la balanza comercial alcanzó entre enero y agosto un récord de casi 5.000 millones de dólares, la relación con su principal socio comercial -Brasil- refleja un desbalance histórico en la relación bilateral.
Los datos que acaba de publicar el Indec esta semana confirman que el mayor déficit comercial de la Argentina se da con los brasileños y en agosto ese rojo fue de casi 900 millones de dólares, otro récord de números negativos. En los primeros ocho meses del año en curso el saldo comercial arrojó un total de -6.311 millones de dólares y creciendo.
El dato indica que el déficit con Brasil creció el doble (99%) respecto de los -3.171 millones registrados en el mismo periodo de 2016. Y representa 3,5 veces más (254%) que el rojo comercial registrado en los mismos meses de 2015.
Las exportaciones a Brasil retrocedieron en agosto un -3,9%, aunque todavía muestra una suba en el acumulado del año en torno al 3,1%. En las exportaciones agropecuarias, donde los cereales -especialmente el trigo- juegan un rol central las ventas de agosto mostraron un derrumbe del -35,1% y acumulan en ocho meses una baja del -3,7%.
La agroindustria, en tanto, tiene una incidencia muy menor en las exportaciones a Brasil con exportaciones muy por debajo de la producción primaria: 873 millones versus 1.149 millones. El mayor sector exportador al mercado brasileño, el industrial, colocó ventas hasta agosto por 3.782 millones de dólares, 4,3% más que el año pasado. Una noticia tan buena como insuficiente morigerar el déficit récord.
Las compras a Brasil -que hace rato desplazó a China como el país con el que Argentina tiene el mayor déficit bilateral- crecieron en los primeros ocho meses un 29,4% y en agostó treparon más de un 33% en términos interanuales. En total las importaciones desde Brasil sumaron en el año 11.597 millones de dólares.
La relación comercial con el mundo, mayoritariamente deficitaria, no es producto de la fluctuación de os precios internacionales, sino que muestran un problema más estructural y de competitividad. “Si hubiesen prevalecido los precios del mismo mes del año anterior, el saldo comercial habría arrojado un déficit de 563 millones de dólares” aclara el Indec.