El consultor privado Rodrigo Troncoso no dejó de mencionar que el escenario para la ganadería es complejo. Habló de la exportación y el atraso cambiario.
Días complejos para la cadena de ganados y carnes. Para clarificar un poco el tema acudimos al consultor privado Rodrigo Troncoso, quien desde 2000 al 2015 fue gerente de la Cámara Argentina de Feedlots y desde 2015 al 2019 fue subsecretario de Ganadería de la Nación. Hoy, desde el sector privado analiza un año complejo para la ganadería del país.
– ¿Cómo es la foto de la cadena de ganados y carnes?
– Casi todos hemos errado mucho lo que iba a pasar este año. El año no arrancó como uno hubiese esperado. Un valor del ternero contra el gordo más caro. Hubiese esperado que estuviese más firme. Después de los años de seca todos imaginaban menor cantidad de terneros y terneros más demandados. Y no fue tan así entonces. Arrancó el año con un diferencial de precios que no se esperaba y fue menor a lo que se imaginaba. También se suponía un costo de alimento más alto. Veníamos de un cambio de gobierno con posibles devaluaciones con la discusión de quitar o no las retenciones. Hubo casi 6 meses en donde los insumos para el alimento en general han sido positivos con respecto a los últimos cinco años. Entonces el único punto que todo el mundo sí esperaba y se está dando es la complicada capacidad de compra del mercado interno. Con todo lo que se plantea de ajuste, de ir al déficit cero y lo que eso implica en el movimiento económico, no se logra tener un precio firme el mercado interno. También uno imaginaba con la liberación de las exportaciones, y con el ajuste del tipo de cambio, que las exportaciones también iban a hacer el diferencial. Vienen creciendo con respecto a los otros años, pero arrancó muy fuerte en enero y febrero y ya empezó a quedarse. En tipo de cambio este gobierno ha elegido con micro devaluaciones, que llaman crawling peg, del 2% ha hecho, que, en Argentina, desde el punto de vista del novillo, está caro contra la región. Entonces para la industria frigorífica, el novillo es caro y para el productor no termina de alcanzar.
– Entonces, ¿los mercados no están tan buenos en precios en el mercado interno y tampoco para la exportación?
– Para la exportación, en líneas generales, en los últimos meses ha mejorado un poco el precio internacional, pero no lo suficiente como para competir. Lo que nos está pasando es que tenemos un novillo caro y que tanto a la industria frigorífica como al productor ganadero les afecta el costo de las estructuras. Hoy están pesando mucho. Tenés un buen insumo-producto para engordar, ya que está en una buena relación de precios. Empieza a pesar el gasoil, el personal, la maquinaria. Toda la estructura pasa a tener una ponderación más alta en el costo de los negocios. Otro cambio es que los productores ya no analizan el negocio desde lo financiero. Hoy el foco está puesto en cómo somos eficientes per se, ya no es un negocio financiero, sino que tenemos que ganar plata con el kilo producido, con el kilo comprado, pasa a ser un negocio mucho más productivo. Y en cómo soy eficiente tanto en lo productivo como en las estructuras.
– ¿En el mercado interno no tracciona el consumo por los valores de la carne en el mostrador?
– Si agarramos el salario Mínimo, Vital y Móvil, y no digo que sea el real, pero es una referencia, durante los últimos 5 años, en promedio, yo compraba 45 kilos de carne. Los kilos de carne, calculados en un mix de 6 cortes que publica el IPCVA. En julio del 24, que es el último dato que tengo relevado, podías comprar 36. Entonces el salario mínimo, con respecto al precio de la carne, está un 20% rezagado. Si lo llevo a pollo, tenés un 30% negativo y en cerdo entre un 8-10%. Pero en bovinos, el salario versus el precio de la carne está atrasado. Entonces, obviamente ahí no hay una tracción desde la situación y ahora mirando para adelante, si querés, los 3-4 meses que quedan del año, tampoco ves un cambio porque si bien los datos macroeconómicos están planteando que quizás empieza a haber algún salario positivo con respecto a la inflación, aún está faltando… Por lo que están diciendo, todavía faltan ajustes de tarifas, en transporte, por ejemplo. Entonces, faltan todavía de ajustes estructurales que vayan a impactar en ese bolsillo y no pueda acomodarse con respecto al precio de la carne. Esa sería la perspectiva en los próximos tres meses, no se ve una perspectiva genial en cuanto a mercado interno.
– ¿Y el mercado internacional?
– Los mercados para Argentina son los de siempre: China se lleva un 70 por ciento de nuestra exportación, que, si bien en el último mes mejoró un poquito, el precio está todavía lejos de lo que fue el promedio de los últimos cinco años. Si analizamos el garrón y el brazuelo como un concepto que en los últimos 5 años valió promedio 5.900 dólares, estamos hoy en 4.600 dólares. Entonces China, si bien en los últimos meses viene mejorando un puntito por mes, no está en su mejor momento comparado con lo que supo ser años atrás. La Unión Europea te diría que viene bien en estos últimos meses. Este año la Cuota Hilton tuvo buenos valores con respecto al promedio. El promedio de este último mes me está dando 15.000 dólares. Estuvo 14.000 dólares, promedio en el semestre, cuando el promedio de los últimos 5 años me estaría dando 11.800 dólares. En tanto la 481 (otra cuota de exportación con valores y alícuotas diferenciales) está en el medio de lo que fue los últimos cinco años, con lo cual no tenés un mercado exportador excelente. Tampoco está por el piso hoy día, pero la realidad es que lo que le pasa a la industria en la competitividad con el dólar. Vos tenés un dólar, no quiero decir la palabra atrasado porque después alguien se enoja, pero claramente la inflación le ganó un poco a ese dólar.
– ¿Qué pasa con la competencia de los mercados vecinos?
– Mirémoslo en precios relativos al mundo, a nuestra competencia, y en Brasil el kilo de novillo está en u$s 2.68 en carne, Paraguay u$s 3.15, Uruguay 4 dólares, y Argentina está arriba de los 4.10/ 4.20 dólares. Entonces, tenés un novillo caro para la industria comparado con la región. Y eso impacta. Más allá que además en dólares, la energía de la industria frigorífica le pega, el empleo en dólares está caro, todo el costo estructural del frigorífico, como en todas las empresas argentinas, en dólares está empezando a ser más caro. Eso les quita competitividad. Igual, no deja de ser un año en que estás rozando el 30% de la producción de carne exportada.
– ¿Qué le falta a la Argentina para avanzar más en el mercado internacional?
– Hay, y me consta, una agenda internacional para tratar de insertar más la Argentina en el mundo. Para imaginar el mundo con respecto a los mejores países, nos puede estar faltando Japón y Corea. Faltan un montón más de tratados de sanitarios. Los mercados de Estados Unidos y de Australia son los principales exportadores de una calidad superior y ambos mercados están en negociación en la Argentina. Me consta que se está hablando con ambos países para avanzar en los tratados. Después, lo que le falta es más difícil. Pero que también está en la agenda. Son los de libre comercio, en temas arancelarios, los desafíos internacionales que son obviamente los sanitarios. A veces tenés el acceso sanitario, pero no sos competitivo desde el punto de vista de aranceles. Argentina en China, está pagando un 25 o 26% de aranceles, mientras Australia está en cero o va a cero. Entonces, más allá de la cercanía de flete, te encontrás que tiene un 20% diferencial de precios solo por aranceles. El desafío que tenemos es parancelario. Y por eso decía, China que tiene una tasa muy alta con respecto a nuestra competencia. Creo que ese es el laburo para los próximos años. Las cuotas vigentes terminan limitándonos porque no tenemos buenos tratados. Falta el de Unión Europea-Mercosur que sí te lleva una cantidad de carne a tasa cero.
Europa y sus limitaciones
– La nueva normativa europea que habla de la deforestación y sustentabilidad de los países proveedores ¿esto puede llegar a afectar o es un tema para arancelario que se va a solucionar?
– Es un tema complicado, bastante complicado. La normativa europea ya tiene dos años y la idea es que arranque a partir del 1 de enero de 2025. Si es para arancelario o no, ya es subjetivo. Acá hay un cliente que te está demandando algo, y que a partir del 1 de enero tenés que certificarle determinadas cosas. Entiendo que Brasil y Estados Unidos están bastante oponiéndose fuerte a esto. La Argentina está tomando también ese camino. Sin embargo, en paralelo el sector privado se ha estado organizando para poder tratar de satisfacer los requerimientos europeos. Europa debe bastantes detalles respecto al sistema, que no los han dado y no han cumplido con las fechas de poder definir cosas.
La FAO reconoce que el sector agropecuario es uno de los principales responsables de la deforestación.
– ¿Cómo se ves el futuro de la ganadería con este escenario interno y externo?
– De corto plazo viene complicado. Es un escenario complejo por esto que hemos estamos hablando. La macroeconomía sigue liderando las discusiones en Argentina, y que depende mucho del dólar, del tipo de cambio, de las retenciones y de su exportación. Un mercado interno, que difícil se recupere en los próximos meses. Cuando miro la película y mucho más a largo plazo soy optimista. La realidad que estamos viviendo en la Argentina no tiene muchos antecedentes. Ya hace seis años consecutivos que la Argentina exporta arriba del 27% de su producción. Eso no pasó nunca en la historia argentina. En el 2019/20 llegaste a las 800.000 toneladas y, este año, creo que si uno proyecta para adelante vamos a estar cerca de las 950.000 toneladas. A pesar de haber tenido un gobierno pasado que en el año 2021 cerró las exportaciones durante un mes o durante varias semanas y cuotificó la exportación y la limitó, no la bajó. La verdad es que estamos viviendo momentos inéditos en donde la exportación tiene un peso específico que no lo tuvo nunca en la historia. Ese es un dato.
Fuente: masp.lmneuquen.com
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