La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advierte que el gusano cogollero amenaza a regiones de África y Ásia y se podrían sumar las franjas mediterráneas de Europa.
Se estima que el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) podría poner en riesgo el alimento de unos 26 millones de personas. La dieta de esta plaga impacta directamente sobre los cereales, sobre todo el maíz. El gusano se detectó por primera vez en África central y occidental a principios de 2016 y se ha extendido rápidamente por prácticamente todo el África subsahariana. Debido al comercio y la fuerte capacidad de volar de la polilla, tiene el potencial de extenderse aún más.
El director general de la FAO, QU Dongyu, advirtió en una conferencia: «Necesitamos seguir colaborando, fortaleciendo el seguimiento y aumentando la movilización de recursos».
Las herramientas digitales son una de las principales herramientas para combatir a la temible plaga, destaca la FAO. Una de estas herramientas es la aplicación FAW, que analiza datos y fotos con inteligencia artificial para detectar al gusano y orientar el control.
Cabe destacar que el gusano cogollero es una plaga transfronteriza polífaga que se ha extendido a más de 100 países en menos de cuatro años, más allá de su territorio natal en la zona tropical y subtropical de las Américas. Una vez que el gusano cogollero encuentra condiciones favorables para la reproducción, se establece sin posibilidad de erradicación en zonas sin tecnología, como eventos biotecnológicos.
El gusano cogollero devasta los cultivos y reduce considerablemente el rendimiento de los cultivos si se no bien controlado; por lo tanto, representa una amenaza significativa para la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de agricultores.
Gusano cogollero en Argentina
La Red de Manejo de Plagas de Aapresid destaca que el gusano cogollero u oruga militar tardía (Spodoptera frugiperda) es una de las plagas más importantes del maíz en Argentina.
Puede causar daños en cualquier estadio del cultivo, dependiendo de la fecha de siembra y región. Actúa como cortadora en la implantación, como defoliadora del cogollo en etapas vegetativas, como barrenadora del tallo en condiciones de sequía o atacando la espiga en estadios reproductivos. En Argentina esta plaga completa 3 a 4 generaciones por año y cada hembra desova varias veces, pudiendo llegar a producir entre 500 y 2000 huevos.
La introducción de los maíces transgénicos con protección contra insectos (Bt) permitió la ampliación de la fecha y región de siembra en Argentina. Sin embargo, tal y como ocurre con otras herramientas, su uso repetido y manejo inadecuado está conduciendo a la selección de individuos resistentes. Un manejo integrado de plagas basado en la combinación de estrategias será esencial para frenar este proceso.
En esa línea, la planificación del cultivo es muy importante, ya que el ataque de Spodoptera frugiperda está influido por el cultivo anterior, el manejo del barbecho, la presencia de malezas, la fecha de siembra y el material sembrado, entre otros factores.
El monitoreo frecuente y el rápido accionar – antes de que las larvas ingresen al cogollo – son otras de las claves a considerar. Un monitoreo adecuado incluye la correcta identificación de los daños: corte de plantas, defoliación, perforaciones en tallos o daño en espigas, habiendo una marcada preferencia por los cogollos de plantas jóvenes. Las larvas pequeñas y medianas pueden raspar la epidermis de las hojas y causar defoliaciones leves, mientras que las de últimos estadios pueden cortar plantas pequeñas y causar defoliaciones de leves a severas. También pueden alimentarse de tallos o espigas según el ciclo del cultivo.
Ante la necesidad de utilizar insecticidas se recomienda rotar modos de acción entre ventanas de aplicación. Cada ventana dura 30 días y refleja aproximadamente el tiempo generacional de la plaga. La eficacia de control lograda con insecticidas puede variar entre 20 y 80% según las condiciones ambientales y el tamaño de las larvas, lo que de nuevo el acento en el monitoreo frecuente.
La correcta elección de la técnica y tecnología de aplicación determina la acción o no de productos de comprobada eficiencia. Por lo tanto, el entendimiento de los factores que intervienen en el proceso de aplicación es determinante.
Con el objetivo de difundir información sobre estrategias de manejo de esta plaga, la REM comparte los siguientes tips de manejo:
- El manejo empieza antes de la implantación: si bien las 2 principales herramientas con las que contamos son la biotecnología y los insecticidas, la rotación de cultivos, manejo de rastrojos y de malezas son tácticas a prever, ya que el ataque de cogollero está influido por factores como antecesor, manejo del barbecho, presencia de malezas y fecha de siembra. El control de malezas es clave ya que actúan como hospedantes de la plaga hasta estadios larvales avanzados, que al pasar al cultivo ya no podrán ser controlados por tecnologías Bt.
- Conocer al enemigo: cogollero deposita los huevos en grupos en el envés de las hojas cubiertos por pelos y escamas. Las larvas tienen cabeza grande; son blanquecinas con cabeza negra al nacer, luego pasan a verde claro y, más tarde, a castaño. Del tercer estadio en adelante la cabeza tiene tonalidad acaramelada con tres líneas longitudinales amarillentas en el dorso. Las larvas de últimos estadios tienen la cabeza negra o parda con una sutura blanca en forma de “Y” invertida y presentan cuatro puntos negros que forman un trapecio en cada segmento del dorso. En los laterales tienen una banda ancha oscura seguida de una clara.
- Monitorear: previo a la siembra, identificar áreas enmalezadas que puedan actuar como reservorio. Deberá monitorearse desde pre-siembra hasta madurez fisiológica cada 7 días como mínimo. En condiciones de altas temperaturas y presión de plaga se recomienda monitorear cada 4-5 días. En cada visita realizar 5 estaciones de muestreo distribuidas en forma de X cada 60 ha de igual manejo. Revisar al menos 50 plantas continuas en cada estación, registrando incidencia y severidad. Cuando se siembren maíces Bt, monitorear separadamente el refugio y la porción Bt.
- Aplicar el insecticida antes de que la larva entre al cogollo: el momento óptimo de control es cuando las hojas presentan lesiones de menos de 1,3 cm sin perforaciones de membrana y se ven larvas sobre las hojas. Cogollos con orificios y presencia de aserrín son sinónimo de que la larva ya ingresó a la planta y es demasiado tarde. Los criterios de decisión son diferentes según se trate de refugio o maíz Bt. En un refugio y/o maíz convencional se tratará cuando el 20 % de plantas tenga daño grado 3 (escala de Davis) usando productos de baja persistencia y con un máximo de dos aplicaciones hasta V8. En híbridos Bt se aplicará cuando haya un 10-20% de plantas con daño grado 3 utilizando productos de mayor persistencia y selectivos. Se recomienda rotar modos de acción entre ventanas de aplicación. Cada ventana dura 30 días y equivale a una generación de la plaga. Existen diferentes grupos insecticidas registrados , con diferente rapidez de acción y persistencia: IGR, Diamidas, Spinosinas, Piretroides, Pirroles, Neonicotinoide+Piretroide y Avermectina+IGR. No deben usarse insecticidas a base de Bacillus thuringiensis en el refugio o el maíz Bt. Los curasemillas garantizan un buen arranque del cultivo y demoran la primera aplicación. Ensayos de la REM en Bandera, demuestran que el curasemilla permitió demorar la aplicación foliar de V3 a V6.
- Lograr aplicaciones de calidad: el uso de aditivos, las condiciones de temperaturas y humedad son clave para llegar a cada punto de la hoja. Las aplicaciones nocturnas – y no más allá de las 00:00 hs – permiten provechar el momento de mayor movilidad de la plaga.
- Cuidar los eventos biotecnológicos: dada la movilidad de esta plaga se recomienda el uso de refugios ‘estructurados’ en el 10% del área sembrada a no más de 1.500 mts con un híbrido no Bt de ciclo similar e igual manejo agronómico.
Acción global para el control del gusano cogollero del maíz
En diciembre de 2019, la FAO lanzó la Acción global para la lucha contra los gusanos cogolleros del maíz, mobilizando 500 millones de dólares como una respuesta urgente a la rápida propagación del gusano cogollero del maíz, que amenaza la seguridad alimentaria y los medios de vida en muchas regiones del mundo.
En el marco de esta iniciativa mundial de tres años se adoptan medidas radicales, directas y coordinadas para fortalecer las capacidades de prevención y lucha sostenible contra las plagas a nivel mundial. Complementará y reforzará las actividades en curso de la FAO en materia del gusano cogollero del maíz.
La acción global está estableciendo un mecanismo de coordinación global para un diálogo abierto y colaborativo hacia soluciones comunes. También está apoyando el establecimiento y la ampliación de los grupos de trabajo nacionales sobre el gusano cogollero del maíz, y la movilización de recursos para la investigación aplicada orientada hacia soluciones prácticas y eficientes.