Argentina sigue siendo el quinto productor de alimentos ecológicos y biológicos del mundo.
Al cierre de 2019, el segmento de las producciones no tradicionales y orgánicas avanzará con una proyección para la próxima década, orientada a un desarrollo más amplio y sostenido en el tiempo.
En la primera observación, varios técnicos y expertos en su crecimiento salieron a pedir por una economía más estable que le permita hacer proyecciones a corto, mediano y largo plazo. Al mismo tiempo, reclamarán por la presencia del Estado para la proyección de un flujo de fondos que consoliden el paso de las empresas familiares a pequeñas pymes junto a la disponibilidad de una estructura que facilite la realización de las primeras exportaciones.
“Este sería un esquema básico para no quedar en el camino en poco tiempo. Algo que se ha reiterado en nuestro país durante décadas”, estimó el Ing. Héctor Busilacchi, especialista en producciones alternativas.
Al mismo tiempo, rescató que la inventiva y el trabajo de los productores siempre apunto a una calidad superior, aunque fue atenuada por la discontinuidad de las líneas de trabajo de la cartera agrícola.
Busilacchi, considera que las producciones no tradicionales deben asociarse con las economías regionales y el manejo de sus políticas. “Atraviesan etapas muy heterogéneas, con constantes altibajos y la variables de un tipo de cambio tanto en el mercado interno como el externo”.
En Argentina, sigue habiendo una ausencia de programas e incentivos que permitan masificar el consumo dentro del país con la consigna de alimentos más inocuos o sanos, y por otro lado, diversificar el acceso a los mercados internacionales que imponen altos protocolos para su ingreso.
Lo han logrado las mieles diferenciales y algunas cadenas de valor que aportan más del 10 % del producto bruto interno (PBI). El gran cambio, se viene con la comercialización para un mercado que compra por internet y maneja los sistemas de e-commerce con el objetivo de solucionar muchas cuestiones de costos y estructura.
“Se trata de afianzar mano de obra, desarrollo local, regional y mitigar las grandes migraciones a los centros urbanos. También, frenar la pérdida de poblaciones rurales por la ausencia de producciones o alternativas productivas”, enfatizó Busilacchi sorprendido porque a pesar de la calidad ambiental y diversidad de climas de Argentina, no ha sido aprovechada como un factor especial para remarcar en los mercados externos y potenciarlas posibilidades.
ORGÁNICOS
En los últimos años, la vida sana y calidad de lo que consumimos, ha impulsado la participación de los productos alternativos y orgánicos en los principales mercado del mundo. En EE.UU. se incrementó el gasto y la elección por este tipo de productos, pasando de 2,5 a un promedio de 12 dólares por habitante por año.