Un reciente análisis del Instituto de Estudios (IERAL) de la Fundación Mediterránea ayuda a mantener la duda con respecto a los lineamientos que sugiere el proyecto de Presupuesto 2025 que entregó al Congreso el Gobierno Nacional.
En el mismo, se sugiere una virtual duplicación en los ingresos recaudatorios provenientes del campo.
En las primeras horas tras presentado el proyecto, el temor entre los productores fue claro y concreto: que el Gobierno insistiría a futuro con el cobro de retenciones a las exportaciones y que además elevaría la carga fiscal.
Durante la tarde del lunes, el ministro de Economía Luis Caputo se encargó de salir a aclarar la confusión y explicó que la intención oficial es que dicha duplicación en las recaudaciones provenga, en realidad, de una base de comparación baja, porque el pago de muchas exportaciones correspondientes a 2024 fueron anticipadas en 2023, en el marco de las diferentes ediciones de “dólar soja” .
LOS DÓLARES DEL AGRO LA MIRADA DE IERAL
En este sentido, desde la Fundación IERAL Mediterránea plantearon una divergencia con la mirada oficial, o al menos relativizaron el potencial climático relacionado a los rindes.
“Sin buenos precios internacionales a la vista, el clima pasa a ser clave en el ingreso de agrodólares del 2025”, sostiene un documento elaborado por Tobías Lucero, investigador de la Sección Productiva de la Fundación.
“Los precios internacionales de las principales commodities agrícolas argentinas ingresaron en un tobogán descendente a mediados del 2022, tendencia que se mantuvo hasta lo que va de este año. Como referencia, nuestro principal grano, la soja, se viene desvalorizando desde los USD 613/ton que se pagaron en el Mercado de Chicago en promedio durante el 2022 a los USD 428/ton que se llevan pagados en los primeros 8 meses de este año”, afirmó.
Según el cálculo, este efecto, representa en dólares de poder de compra un ajuste del 30% en sólo dos años.
La mayor preocupación por estos días es que según IERAL “no está aún claro si los precios alcanzaron su piso o sí, por el contrario, puede haber más malas noticias en lo que resta del 2024 y el año próximo”.
“Por el momento, y según las operaciones de futuros realizadas en la primera semana de setiembre en la principal plaza comercial del mundo, los precios se estarían ubicando en un promedio de USD 371 / ton promedio en el último cuatrimestre del año, un 13% por debajo de los valores observados en los dos primeros cuatrimestres del 2024”, apuntaron.
LOS VALORES DE LA SOJA
En relación al año próximo y el principal cultivo de la Argentina, el autor sostuvo que “los valores que se están manejando en el mercado de la soja para el próximo año se ubican bastante por debajo del promedio de últimos 25 años”.
Se trata de cifras en el orden de los USD 480/ton, en poder de compra constante. “Y hay que volver hasta el 2006 para encontrar un mercado con precios tan deprimidos”, alertó.
¿Las razones? Se encuentra una buena cosecha en desarrollo en Estados Unidos y también “la expectativa de que puede haber una cosecha de magnitud en Sudamérica en el 2025”. Este último dato incluye a Brasil y la Argentina.
“Por el lado de la demanda, si bien se espera dinamismo, esta no tendría la potencia suficiente como para absorber cosechas en expansión en forma simultánea de los grandes productores globales, lo que exigiría entonces concesiones en materia de precios”, relativizó.
EL PAPEL DE CHINA
Para Lucero el rol del “Gigante Asiático”, hoy el gran comprador de este mercado, está cerrando el ciclo actual con un muy buen nivel de granos en stock. Y que a su vez las proyecciones señalan que, para absorber las eventuales buenas cosechas de los países antes mencionados, las existencias del gigante asiático deberán seguir creciendo.
“Como puede inferirse, para Argentina no es una buena noticia lo que viene sucediendo con los precios internacionales de las commodities agrícolas en lo que va del año y menos aún los valores que se perfilan, al menos por el momento, para el 2025”, aseguró Lucero.
Es en este punto donde podrían surgir las divergencias con los planes del Ministerio de Economía.
Y señaló: “un primer escenario de trabajo estima exportaciones por USD 31,6 mil millones, casi USD 500 millones por debajo de las exportaciones que se lograrían este año (-1,5%)”.
“Si el número anterior se ajusta por el menor gasto en las compras de soja a países vecinos, una práctica habitual de la industria aceitera argentina en los últimos años, la caída de divisas se revierte, quedando el flujo neto prácticamente neutro, al mismo nivel que el que se estima para este año (en torno a USD 29,4 mil millones)”, sumó.
Y a modo de cierre aportó otra lectura: “Las existencias de soja en manos de productores crecerían levemente respecto a las de este año; se trabaja con un volumen de 7,6 millones de toneladas al cierre del ciclo comercial de la próxima campaña, un stock importante, que puede sufrir alteraciones según la situación macroeconómica y financiera del país y que es otra de las variables que terminará definiendo el flujo neto de divisas que le ingresarán al país por las exportaciones de commodities agrícolas el próximo año”.
Fuente: Infocampo.
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