El precio de referencia del trigo argentino se ubica en US$ 244 la tonelada versus US$ 225 del estadounidense y US$ 215 del francés, por lo que ya es el más caro del mundo, según datos publicados por el Consejo Internacional de Granos.
A comienzos de la comercialización, el trigo argentino registró volúmenes inusualmente elevados debido a órdenes de compra a gran escala impulsadas por fallas productivas en Brasil y Australia.
La mayor parte del saldo exportable ya está en manos de la exportación por lo que queda poco para vender al exterior y falta bastante para el empalme con la nueva cosecha del cereal que comienza en noviembre-diciembre.
Al 12 de junio pasado -según los últimos datos oficiales disponibles- los exportadores argentinos habían adquirido 11,82 millones de toneladas de trigo 2018-2019 sobre un saldo exportable estimado de 13,20 millones de toneladas.
Restan más de cuatro meses para el ingreso de la nueva cosecha argentina, la cual se estima que podría ser récord, razón por la cual el precio FOB oficial del trigo argentino para entrega en noviembre de 2019 es actualmente de US$ 203 la tonelada.
Hasta el momento la exportación registró Declaraciones Juradas de Ventas Externas (Djve) de trigo 2018-2019 por 9,16 millones de toneladas, lo que implica que están comprados en el cereal, es decir no urgidos por originar mercadería, indicó el sitio Valor Soja.
A comienzos de este año los precios internos del contrato Trigo Rosario Julio 2019 del MATba llegaron a superar los US$ 220 la tonelada debido al alza internacional provocada por el desastre climático australiano combinada con la presión de demanda brasileña, donde Argentina tiene un acceso preferencial gracias al Arancel Externo Común del Mercosur del 10%.
Pero posteriormente comenzaron a descender para perforar los 180 US$ la tonelada a fines de marzo y luego recuperarse progresivamente hasta cerrar ahora en US$ 208 la tonelada.
El trigo argentino está gravado con derecho de exportación móvil de 4 pesos por cada dólar exportado, el cual actualmente representa un 9,5% del valor total. .
El salto que necesita el girasol
Las claves para que el girasol dé un salto productivo son “abrir mercados y bajar impuestos”, advirtió el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras.
Sostuvo, además, que el cultivo oleaginoso necesita “recuperar los reintegros a las exportaciones que el gobierno bajó del 3% al 0,5%”.
En los últimos tres años, el girasol pasó de 1,2 millones de hectáreas a casi 2 millones sembradas, y ese crecimiento genera expectativas en el sector.
“La Argentina representa el 7% del total de exportaciones de aceite de girasol. Pero llegó a ocupar el 35%. El comercio y la producción mundial se duplicaron y fuimos desplazados por otros competidores como Ucrania, Rusia o la Unión Europea. Ahora ya es tiempo de revertir la tendencia y revitalizar la cadena de valor con miras al crecimiento exportador”, aseguró el directivo.
El especialista en comercio internacional indicó que la agroindustria está “orientada claramente a la transformación de soja en harina, aceite y biodiésel. Luego, de manera supletoria, se suma el girasol”.
“El girasol tiene la oportunidad de repuntar con mucha fuerza si logramos algún ajuste en la política tributaria argentina”, afirmó, según un comunicado difundido por Asagir, la entidad que enrola a los productores de girasol.
Consideró que “el otro eje en el que se debe trabajar con premura es comercio exterior, la prioridad pasa no sólo por abrir nuevos mercados, sino también por desarrollar una fuerte capacidad negociadora que logre reducir los derechos de importación en países clave”.