El clima, la rentabilidad, China y posibles intervenciones del Gobierno es lo que analizan los productores a poco de comenzar la campaña fina.
Con una estimación de siembra de aproximadamente 6.500.000 hectáreas, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires analizó el momento que atraviesan los productores de trigo a pocos días de darle arranque a la campaña. Si bien el área estimada es similar a la del año pasado, los especialistas indicaron que la situación para la cadena triguera no será la misma que la de hace 12 meses atrás. “Persiste un elevado nivel de incertidumbre ligado a los pronósticos climáticos, los costos de producción, las condiciones de comercialización y la pérdida de rentabilidad del trigo en relación a otros cultivos”, explicaron.
La entidad porteña comenzó con su análisis a mediados de marzo y apunta a presentar un estudio final el próximo 4 de mayo. Ese día la Bolsa de Cereales realizará el lanzamiento formal de la campaña fina y completará su análisis con las estimaciones de producción, exportaciones y contribución a la economía para cereales de invierno como el trigo y la cebada.
Este último cultivo es uno de los más apuntados por los especialistas: desde la Bolsa sostienen que el alza en su precio juega, al menos por estos días, un rol importante en los cálculos de cada productor.
“En 2021 el trigo ha perdido competitividad debido a la recuperación de los precios del resto de los granos, especialmente cebada, que registraron aumentos de precios mayores”, sostiene el documento.
El efecto de China y su interés por la cebada
Otro de los cultivos de invierno es la cebada, algo solicitado tanto para la industria cervecera como para la forrajera, lo que juega también a la hora de su cotización. Sin embargo, el interés de China por hacerse de este cultivo y un “incidente” comercial con su principal proveedor de cebada incide en la competitividad del trigo y su proyección.
“La presencia de China demandando cebada de otros orígenes, luego de establecer a mediados de mayo de 2020 un arancel del 80,5% sobre la cebada de Australia como parte de una disputa diplomática, vinculada a una investigación china sobre supuesto “dumping” y “subsidios” sobre la cebada australiana exportada a China, abrió una oportunidad para la cebada de nuestro país”, explicaron los especialistas de la Bolsa.
De este modo, sostienen, China se convirtió en el principal destino para la producción local. “La expectativa es que el arancel se extienda durante cinco años, de modo que los productores australianos aumentarían su siembra de trigo en detrimento de la cebada, y ese factor indirectamente afecta a la producción argentina dado que Australia es el principal competidor de nuestro país al compartir la misma ventana comercial”, explicaron.
Los productores de trigo analizan las distintas variables que presenta el arranque de la campaña.
Durante las últimas tres campañas, la producción de trigo australiano se vio afectada por sequías y durante ese periodo Argentina colocó su producción en muchos de los destinos australianos.
“La combinación de estas restricciones con la fuerte demanda de China importando granos para alimentación animal por la caída en su producción doméstica y la producción porcina en recuperación impulsó los precios no solo del maíz, sino también de sustitutos como el trigo y la cebada, dándole otra forma a la demanda internacional de granos. El gigante asiático se ha convertido en el principal importador de cebada del mundo”, explicaron. Sin embargo, también aclararon que China se mantiene como segundo importador global de trigo en la actualidad.
También pusieron el foco en los insumos, otros de los puntos clave que desde la cadena agroindustrial mencionan cada vez que se analiza el factor de la rentabilidad. “Se registró un incremento de costos que fue acompañando al aumento del precio de los granos y del petróleo. En el caso de fertilizantes, la relación insumo-producto muestra un retroceso respecto al mismo periodo del año pasado. No obstante, los márgenes brutos de trigo se estiman mayores a los registrados durante la campaña previa”, expresaron desde la Bolsa.
Las regiones y el clima, de la mano
El estudio sostiene que sobre el norte del país la decisión de implantar el cereal “depende exclusivamente de la humedad disponible en el perfil al momento de iniciar la implantación”, como así también de la humedad superficial durante la ventana de siembra, que irá desde principios de mayo hasta fines de junio.
“Actualmente en esas zonas se registra una condición hídrica entre adecuada y óptima, con lo cual la tendencia sugiere una recuperación del área de trigo en aquellas regiones que en el ciclo 2020/21 no lograron cumplir con los planteos de siembra debido a las condiciones de sequía que predominaron durante todo el ciclo”, explicaron.
El clima, uno de los factores a analizar por los productores de trigo.
“Serán necesarios nuevos aportes de lluvias para contar con humedad superficial al momento de la implantación”, aclararon.
Sobre el sur del área agrícola la ventana de siembra óptima se extiende desde fines de junio hasta mediados de julio, los meses para los cuales los pronósticos no prevén “abundantes precipitaciones”.
Las últimas medidas de fiscalización que comunicó la Secretaría de Comercio de la Nación para la exportación de carnes y lácteos también incluye a los granos. Si bien desde el Estado aclaran que se trata de buscar “transparentar” el mercado exportador de carnes, principalmente, los anuncios no cayeron para nada bien entre los productores y las principales entidades.
«Nos tratan de estúpidos», dijo esta semana Jorge Chemes, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). En la Mesa de Enlace hay temores sobre el regreso a viejos “permisos” para vender al exterior y que ese escenario mute en la discrecionalidad por parte de los funcionarios a la hora de elegir quién puede operar y quién no. Por eso, evalúan medidas de fuerza.
Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ven al momento como una etapa de “incertidumbre” en lo que tiene que ver con las políticas para comercializar las futuras cosechas.
“Un importante factor de incertidumbre señalado en el relevamiento son las reglas de juego bajo las cuales se va a desenvolver la próxima campaña, especialmente las políticas agropecuarias y comerciales. La expectativa sobre subas en derechos de exportación o posibles cierres de exportaciones de trigo podría modificar el comportamiento de los productores, que ya han experimentado las consecuencias de este tipo de medidas y se han volcado por la siembra cultivos con menor probabilidad de ser afectados por restricciones al comercio”, señalaron.
A su vez desde la Bolsa apuntaron que “el cultivo de trigo cumple un rol primordial dentro del flujo de caja del productor, permitiendo un ingreso que garantice el financiamiento de la cosecha gruesa”. Y como conclusión de la presentación hicieron hincapié en que este último aspecto “cobra especial relevancia para los productores que vieron sus cosechas afectadas por la sequía y deben hacer frente a compromisos para continuar en el proceso productivo”.
FUENTES: A24 AGRO.COM