En unas pocas semanas estará comenzando la tan esperada primavera, momento del año en que se aceleran las tasas de crecimiento y consecuentemente la oferta de forraje de verdeos de invierno y pasturas perennes. Este es el momento del año para aprovechar el pasto, evaluar bajar la suplementación y planificar la confección de reservas con el excedente de crecimiento que no se pueda utilizar.
Las pasturas de alfalfa, ya sean puras o consociadas, empiezan a mostrar su potencialidad productiva y en un lapso relativamente breve de tiempo, si no se planifica su utilización, el volumen de pasto “no tapa” y se corre el riesgo de subutilizar estos recursos, ya sea por dejar remanentes inadecuados producto de la lignificación de los tallos o por consumir forraje con calidad decreciente. Sin embargo, este rápido rebrote de las pasturas en la salida del invierno y entrada en la primavera posee bajo contenido de fibra, condición que predispone el empaste.
El empaste es una alteración digestiva caracterizada por la distensión del rumen como consecuencia de la acumulación de gas proveniente de la fermentación del alimento. Esto se produce por el efecto que la alimentación a base de leguminosas con alto contenido de proteínas e hidratos de carbono como son la alfalfa, el trébol blanco y rojo, provoca al formar espuma en el rumen que es difícil de eliminar por eructación
Existe un conjunto de medidas de control para atenuar el potencial meteorizante de alfalfa y otras leguminosas aunque suelen no ser extrapolables de una situación a otra ni garantizan un 100% de eficacia. Se recomienda la utilización combinada de las diferentes alternativas disponibles para aumentar la eficacia en el control del meteorismo.
Las recomendaciones de manejo de alfalfa (momento de entrada a utilizar la pastura) buscan lograr un equilibrio entre cosechar la mejor calidad de forraje con una buena eficiencia y asegurar una correcta reposición de reservas en raíces para mantener plantas vivas y vigorosas a lo largo de los años.
De este equilibro surge la recomendación de realizar el pastoreo a inicio de primavera cuando las planta aún no florecerán, con 8 a 10 nudos y más avanzado el ciclo con 10 a 25% de floración.
En la corona de la planta, se encuentran las yemas que formarán el rebrote basal, emitiendo tallos principales que son responsables, junto a los secundarios, del rebrote de la planta. En las plantas adultas, los nuevos rebrotes se originan en la base de la corona, dando lugar a tallos vigorosos. Sin embargo, el crecimiento puede originarse también continuar también desde las yemas de los propios tallos. Este tipo de rebrote es, en muchas situaciones, responsable de producir empaste, aún con la alfalfa en floración.
Es necesario recorrer el cultivo periódicamente para observar el inicio del rebrote basal o el inicio de la floración, ya que estos parámetros varían con las variedades y las condiciones ambientales prevalecientes durante el período de crecimiento
Los rebrotes de corona son buenos indicadores de madurez fisiológica; sugiriendo que cuando tienen entre 3 y 5 cm el nivel de reservas acumuladas está cubierto y en condiciones de aportar nutrientes para un nuevo rebrote, épocas en que las plantas no florecen. Por su parte la aparición de botones florales es un claro indicador de la madurez del cultivo en plena primavera y verano
Sin embargo existen diversas causas que pueden afectar aparición de rebrotes de corona, con el consecuente empaste: ruptura de la dominancia apical, alto contenido de reservas en las raíces, lluvia posterior a un prolongado período de sequía o cuando la corona recibe una cantidad de luz adicional como consecuencia de un vuelco de la parte aérea. Asimismo, la velocidad de aparición de este tipo de rebrotes también tiene un fuerte componente genético, y es una caraterística que puede estar ligada al cultivar y al grupo de madurez. Hay materiales que con un 10 o 15% de floración exhiben una gran proporción de rebrotes bales.
Pasturas de alfalfas desuniformes pueden generar una apariencia visual de plantas con más de 10% de floración, pero muchos individuos con cierta proporción de rebrotes basales.
Se deben extremar los recaudos si se pastorean alfalfas, independientemente de su estado fisiológico, con rebrotes basales de mas de 5 cm. Es necesario recorrer el cultivo periódicamente para observar el inicio del rebrote basal y asi prevenir uno de los múltiples factores que pueden producir el empaste.
* Ing. Agr. María Florencia Trejo