n relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y por la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) determinó que los tambos estabulados del centro y del sudeste de Córdoba mejoraron 31 por ciento su productividad en los últimos 10 años.
Investigadores que pertenecen a la Estación Experimental Manfredi y a las Agencias de Extensión Rural (AER) Villa María y Ucacha del Inta; y al Instituto Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas de las UNVM, participaron de un relevamiento en profundidad de los sistemas productivos de ocho tambos (tres “free stall” y cinco con cama de compost) ubicados en Villa Nueva, Arroyo Algodón, Ana Zumarán, Carrilobo, Las Perdices, Oliva, Ticino y Colonia San Bartolomé.
Los resultados de este estudio fueron comparados con el relevamiento de tambos confinados 2008-2009, realizado por la UNVM.
Uno de los principales datos que se observa es que la productividad diaria de cada vaca en ordeñe se elevó de 22,95 litros hace una década a 30,16 litros en la actividad.
Si bien hay múltiples factores que inciden en esta evolución, como los cambios en las dietas suministradas, se advierte un salto en las medidas tomadas para garantizar el bienestar animal: hace 10 años, solo el 55 por ciento de los tambos confinados poseía sombra en la zona de alojamiento, 48 por ciento tenía una calle de alimentación consolidada y apenas 38 por ciento contaba con aspersores y ventiladores en el corral de espera.
En esta suerte de censo realizado el año pasado, se pudo comprobar que el 100 por ciento de los establecimientos cuentan con estas mejoras tecnológicas.
Conclusiones
El equipo de investigadores que realizó este completo informe sobre el modelo productivo de los tambos estabulados de esta región de Córdoba señala que “Se observa una importante evolución en el grado de intensificación de la producción”.
Entre las mejoras detectadas, menciona las instalaciones (sombra, sistemas de refrescado, consolidación de calles y callejones, condiciones de la cama y comederos), incremento en la adopción de tecnologías de ganadería de precisión (identificación electrónica de animales, detectores de la actividad de rumia, puertas separadoras automáticas, monitor de producción de leche individual), progreso genético y manejo estratégico de la estacionalidad de los partos, especialización y organización de las tareas, mejoras en el manejo de la alimentación y digitalización de registros (uso creciente de software y app).
Sin embargo, enumera una serie de cuestiones que deben seguir mejorándose: el manejo de los efluentes y residuos pecuarios con balance de nutrientes a nivel predial, las enfermedades metabólicas y los problemas de mastitis en rodeos de producción, el porcentaje de mortandad de las terneras en la etapa de crianza, la frecuencia con la que se analiza el agua de bebida y los alimentos, la calidad e inocuidad de la leche, y la eficiencia de generación de energía y uso del agua.
El informe completo se puede observar a continuación: