En los últimos 120 años, el campo produjo más siempre que tuvo de su lado políticas ligadas a la libertad económica y a la no intervención de los mercados. En cambio, cayó cuando lo que se aplicaron fueron medidas de control o intervencionistas.
Esto es lo que se desprende de un informe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), elaborado por su Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales. El trabajo dividió las políticas económicas en once etapas: 1900-30; 1930-1944; 1944-1958; 1958-1964; 1964-1971; 1971-1976; 1976-1982; 1982-1991; 1991-2011; 2011-2014 y 2014-2019.
Retenciones, control de cambios, monopolización del comercio de granos y precios máximos, cuotas para exportar, entre otras medidas, han sido las políticas económicas que afectaron a la producción.
De acuerdo a la Rural, analizados completos los últimos 120 años, el dato que se observa es que, mientras la producción de cereales y oleaginosas aumentó a un ritmo del 2,9% anual, la tasa de crecimiento del PBI en el mismo período fue del 3% anual. En esta línea, según el informe esto refleja que «en el largo plazo el crecimiento de la economía argentina está notablemente ligada al crecimiento de la producción agrícola».
Sin embargo, el trabajo se detuvo a analizar por períodos lo ocurrido con el campo, agrupando los años donde hubo políticas que ayudaron a la actividad por la libertad económica y, por otra parte, las que le pusieron un freno.
Al respecto, según el trabajo hay cinco períodos, que suman 65 años, donde la tasa de crecimiento de la producción agrícola fue mayor que la de largo plazo de la producción de cereales y oleaginosas, con la influencia de la apertura de la economía, unificación cambiaria, «limitada discriminación tributaria» al sector, entre otros puntos.
«Esta combinación de factores ocurrió entre 1900 y 1930, donde el sector creció 30 años a una tasa de 4%, entre 1958 y 1964 cuando la unificación cambiaria, la eliminación del monopolio del comercio y el impulso de la tecnificación contribuyeron con ese crecimiento. Lo mismo ocurrió entre 1976 y 1982 cuando el sector duplicó la tasa de crecimiento de largo plazo; entre 1991 y 2011, el período más largo de crecimiento alto, producto principalmente de la liberalización de los mercados, un régimen cambiario con un solo tipo de cambio, y la eliminación de las retenciones desde 1991 hasta 2002», indica el informe.
Luego agrega: «El mismo comportamiento se observó entre 2014 y 2019, producto de los cambios de reglas que el gobierno iniciado en diciembre de 2015 estableció para el sector, con la eliminación de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE), la eliminación de los controles de precios y la baja de retenciones, que en agosto de 2018 fueron reestablecidas».
Para mencionar dos períodos de ese ciclo, entre 1991 y 2011 (incluye el gobierno de Néstor Kirchner y el primero de Cristina Fernández de Kirchner) mientras la producción de cereales y oleaginosas creció 4,9% el PBI lo hizo un 3,5%. En tanto, entre 2014-2019 la producción creció 4,8% cuando el PBI decreció 0,5%.
Por otra parte, hay seis períodos donde el ritmo de crecimiento de la producción agrícola estuvo por debajo de la tasa de largo plazo de la producción de cereales y oleaginosas, algo que se asoció a restricciones, más retenciones y otras intervenciones.
Al respecto, esto por ejemplo sucedió entre 1944 y 1958 cuando la producción cayó un 1,7% por año contra un 4,1% del PBI, «producto de la presencia de mercados de divisa paralelos, el monopolio de la comercialización de granos por parte del Estado, precios oficiales de los granos».
Esto también pasó entre 1971 y 1976 (el agro tuvo un 0,9% de crecimiento versus 2,1% del PB) y entre 1982 y 1991 (1,2% del agro y 0,8% el PBI), cuando «predominaron las políticas de controles de precios y administración de los saldos exportables, se impusieron retenciones y los mercados cambiarios funcionaron en forma dual, con un sesgo fuerte antiexportador».
Según la Rural, también se vio este tipo de respuesta entre 2011 y 2014 (en el segundo mandato de Cristina Kirchner), cuando la producción agrícola enfrentó el cepo, retenciones del 35% a la soja, 23% en trigo y 20% en maíz, entre otros productos, además de trabas para exportar y cuotas.
«Entre 2011 y 2014 la tasa de crecimiento de la producción agrícola volvió a un nivel muy bajo (0,8), menos que un tercio de la tasa de largo plazo (que dio un 3% como se mencionó en el período de 120 años), y similar a la tasa que presentó el sector durante el tercer gobierno de Perón y el segundo pacto social impulsado entre 1971 y 1976», señaló.
Fuente: lanacion