Durante toda la jornada se desarrollará en la ciudad de Sunchales un Encuentro Internacional de la División Lácteos de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA). Con la organización de la Asociación de la Industria Láctea de la República Argentina (ATILRA) se tratarán «Las Transformaciones Políticas y Económicas Globales».
De acuerdo a lo informado estarán presentes representantes de los trabajadores lácteos de Nueva Zelanda para debatir sobre las problemáticas del sector a nivel global. Justamente desde ese país podrían llegar capitales para asociarse a la cooperativa SanCor, en virtud de las pretensiones que se anuncian por parte de Fonterra, una de las firmas más poderosas de la lechería mundial.
Recordemos que la UITA, adherida a la Organización Internacional del Trabajo, representa a más de 10.000.000 de trabajadores y cuenta con la participación de organizaciones de los cinco continentes.
«Nadie se quiere esconder de los cambios»
En la previa del encuentro internacional dialogamos con el Secretario General de ATILRA, Héctor Ponce, con quien analizamos el momento del sector lácteo. En primer lugar lo consultamos por el acuerdo con la industria, sobre lo cual «Etín» expresó que «hay que tratar de ir hacia un encuentro que haga crecer a la actividad en términos generales. Siempre hay que buscar y ver a la actividad como un todo y no verla como compartimentos estancos. Nosotros siempre hemos bregado por un concepto colectivo, que contenga a todos los actores que conforman la trama de la actividad. Me parece que esa es la única manera y es el único ejemplo por el cual la actividad puede trascender. Eso es lo que nosotros siempre sacamos como conclusión».
-Macri le pidió a los distintos actores de la cadena bajar los costos. Desde su experiencia, ¿eso es factible?
-Bajar los costos implica entre otras cosas tener la suficiente imaginación como para ser competitivos sin perjudicar los intereses de los otros sectores. Esto tiene que ver con lo que pasa en distintas partes del mundo. Un ejemplo claro y concreto: quienes se quedan con los mayores porcentajes de exportación a nivel internacional son curiosamente quienes tienen salarios más altos. Entonces me parece que todo tiene que ver con todo. Hay que ver qué es lo que uno piensa respecto de la felicidad de la gente y cuál es el objeto primario que tenemos respecto de lo que son los ciudadanos de un país. Independientemente del sector donde les toque vivir, donde les toque actuar o donde les toque trabajar.
-¿Tienen registro de cierres de industrias por la crisis del sector en los últimos años?
-La industria estuvo atravesando situaciones bastante complicadas y también no solamente en el ámbito de nuestro país sino que la globalización provoca la fagocitación de los grandes respecto de los chicos. Esto no pasa solamente en Argentina. Nosotros la semana que viene vamos a tener un encuentro internacional de la división lácteos aquí en la ciudad de Sunchales, donde prácticamente siempre seguimos la evolución que va teniendo la actividad en el mundo entero. Sabemos claramente que la globalización es un paradigma que se está produciendo en todo el mundo.
Y en todo el mundo, en mayor o menor medida, los más chicos lo sufren. Hoy en día nadie se puede esconder de los cambios. Habrá que ver cómo nos preparamos de la mejor manera posible, a los efectos de lograr lo más importante que tiene el ser humano, que es ser feliz.
-La Mesa Láctea no incluye al gremio de los trabajadores de la industria. ¿Se sienten desplazados?
-No, nosotros nunca nos sentimos desplazados porque tenemos nuestra propia razón de ser. Cuando a nosotros nos llaman nosotros vamos. Colaboramos en la medida de las posibilidades y la verdad es que cuando solicitan nuestra presencia nosotros estamos. Pero si se considera que nuestra presencia no es útil, tampoco nos sentimos desplazados ni nos sentimos mal. Sabrán por qué lo hacen y somos respetuosos de ese derecho que los asiste.