Desde mediados de agosto a los primeros días de septiembre comienza la época donde podemos empezar a preparar los plantines para nuestra huerta de primavera verano.
Para esto vamos a tener en cuenta algunas pautas que nos van a ayudar a hacer más sencillo el trabajo y no fracasar en el intento. Recordemos que un buen plantín es fundamental para una buena producción.
Primero es necesario planificar la huerta, dónde se va a ubicar cada cultivo. Luego de esta organización comenzaremos a preparar los plantines, necesitamos:
– Sustrato: Debe tener los nutrientes necesarios para obtener un buen plantín. Se trata de tierra fértil como lombricompuesto, compost, estiércol (de gallina, caballo o conejo) siempre que este compostado, con hojas secas o perlita (le da porosidad al sustrato).
– Recipientes: Si son muy pequeños almacenan poco agua, esto implica que tenemos que estar muy pendientes del riego o corremos el riesgo de que se sequen muy rápido. Para sembrar, usen los recipientes que tengan disponibles, como por ejemplo botellas de plastico cortadas por la mitad, vasitos de yogurt, cajones o cualquier otro semejante. Sólo recuerden que para las plantas grandes, como el tomate, se necesitan recipientes más grandes.
– Semillas: Es importante considerar la calidad de las semillas y la cantidad de plantines que vamos a necesitar para nuestra huerta. Además, la semilla se cubre en función del tamaño, es decir, a una semilla pequeña la taparé menos que a una de mayor tamaño.
Para ayudar a la germinación de nuestras semillas podemos proporcionarles más temperatura mediante el cubrimiento de los plantines con un nailon transparente, lo cual nos ayudara a que estén siempre húmedos.
– Trasplante: Se realiza cuando las plantas tienen tres o cuatro hojas, en el caso de la lechuga, el repollo, la acelga, etc.; y cuando el tallo llega al grosor de un lápiz en el caso del tomate, el pimiento, la berenjena, etc.
Los pasos a seguir para el trasplante son:
1) Regamos bien el almácigo.
2) Sacamos los plantines de a uno, ayudándonos con una cuchara.
3) Marcamos una línea sobre el tablón (podemos usar estacas e hilo).
4) Abrimos agujeros usando el plantador o un palo de madera, y regamos.
5) Colocamos los plantines, evitando desprender la tierra de las raíces. Si tenemos abono compuesto, lo usamos para tapar los hoyos.
6) Presionamos la tierra junto a la planta con ambas manos para que queden firmes y regamos alrededor de los plantines.
7) Cubrimos la tierra con pasto seco para proteger la tierra del sol y los golpes del agua de riego.
8) Es preferible hacer el trasplante a la tardecita o en días nublados.
9) ¿Cuál es la profundidad del trasplante? Cubrimos con tierra a nivel del cuello de las plantas. En el caso del tomate, también puede enterrarse parte del tallo, ya que con el tiempo éste echa raíces.
10) Por último, es fundamental el riego, deben estar siempre con buena humedad, no olvidemos hacer pequeños agujeros a los recipientes que utilizamos para que tengan un buen drenaje y no se acumule demasiada agua.
Para más información: