El pasado mes de marzo se llevó a cabo, de forma virtual, la Conferencia de la Carne en Estados Unidos. En una de las sesiones de este evento, representantes de la industria cárnica y del sector supermercadista hablaron sobre cómo se puede mantener al consumidor interesado en los productos cárnicos conforme la situación con la pandemia les permita regresar a su lugar de trabajo.
Está muy claro que el 2020 fue un año distinto, en muchas formas. Las medidas de sanidad implementadas para enfrentar la pandemia obligaron a muchos consumidores a trabajar desde el hogar. Con más tiempo en casa, y con el estrés de la incertidumbre ante la crisis de salud mundial, muchos consumidores vieron en la cocina una distracción, una nueva afición y, también, una manera de acceder a platillos que les brindaron confort.
Esta situación impactó las ventas de carne y productos cárnicos en los supermercados del país norteamericano, las cuales se reportaron ser de 19,2%. Si bien este porcentaje fue solo un 1% mayor que el del 2019, el total de ventas en 2020 en Estados Unidos alcanzó una cifra de US$ 82,5 mil millones.
Sin embargo, a medida que la situación sanitaria mejora en el país y los consumidores regresan nuevamente a sus oficinas, los procesadores de la carne y los detallistas tendrán que desarrollar estrategias para seguir manteniéndolos interesados.
Las herramientas digitales jugarán un papel importante para lograr ese objetivo. Durante la sesión, John Beretta, vicepresidente de la división de carnes y mariscos de la cadena de supermercados Albertson’s (que cuenta con más de 2.000 tiendas en la unión americana) comentó que una de las piedras angulares será la de ofrecer a los consumidores soluciones para planear sus menús, ya que tendrán menos tiempo para preparar sus alimentos; por lo tanto, los productos con valor agregado y los realmente innovadores serán importantes en una economía poscoronavirus. Beretta sugirió también observar la economía en conjunto con el comportamiento de los consumidores, de manera que el procesador y el detallista ofrezcan valor agregado en aquellos productos que son commodity, como la carne molida y la carne de pollo.
Por su parte, Lisa Selk, vicepresidenta de mercadotecnia de la división de productos cárnicos de Hormel Foods, opinó que este año le entusiasma muchísimo, ya que la industria cárnica se enfrenta al reto de cambiar la manera de comercializar sus productos y hacer negocio para ofrecer soluciones a los consumidores.
Según mencionó Selk, su empresa notó que, al menos para el mercado estadounidense, los consumidores estaban comiendo para satisfacer su confort, dando como ejemplo el alto consumo de tocino registrado a lo largo del año pasado. Así, Selk sugirió que, mirando hacia el futuro, será necesario considerar cómo llenar esa necesidad emocional del consumidor con productos que elabora la industria cárnica.
Además, agregó que ahora también el consumidor busca comer alimentos más saludables, por lo que hay que ofrecerles nuevas ideas para recetas, y sobre todo utilizando medios digitales, tales como videos, que han motivado a las nuevas generaciones a experimentar en la cocina.
Otros cambios notados por los conferencistas incluyeron, primero, la gran transición de compra de alimentos en línea para entrega a domicilio o para recoger en el auto afuera de la tienda; segundo, las nuevas herramientas de preparación de alimentos que se ofrece al consumidor, como las ollas de presión eléctricas y los freidores con aire; y, tercero, el reconocimiento del consumidor de que la carne y productos cárnicos congelados ofrecen también buena calidad y pueden formar parte de su abasto de alimentos.