Comparativa inédita: sistemas ganaderos de Paraguay, Brasil y Argentina frente a los desafíos del Mercosur
Con un stock que creció más que en Brasil y sin faenar novillitos como en la Argentina, Elizalde & Riffel analizan pros y contras de los modelos guaraníes cotejando ganancias diarias de peso, carga y kg/ha de los tres países. Ajustes para aumentar la producción por cabeza en el corazón subtropical del Mercosur.
Tras el anuncio de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, desde el estudio Elizalde & Riffel comparan los sistemas productivos guaraníes versus los de ganaderías subtropicales aledañas para identificar oportunidades de mejora en la eficiencia individual de sus rodeos. Un verdadero benchmarking entre Paraguay, Brasil y el Noreste argentino, el clúster de mayor potencial para dar un salto en la producción de carne del bloque regional.
El trabajo surgió a partir de la convocatoria al 32º Congreso Ganadero, realizado días atrás por el Consorcio de Empresarios Agropecuarios (CEA) en Asunción, Paraguay, donde los consultores disertaron sobre “Estrategias para potenciar el uso del pasto en los sistemas ganaderos”, en base a experiencias de las empresas que asesoran en ese país. Hoy, mediante un convenio con Phibro Animal Health, comparten los puntos salientes de la presentación.
Paraguay, dónde y cómo producen
Las características climáticas y edáficas del país determinan dos regiones productivas divididas por el Río Paraguay: el “Chaco paraguayo” al oeste y el “Chaco Oriental” al este.
El régimen de precipitaciones juega un rol trascendente en los sistemas productivos de ambas. Van de 600 mm/anuales en el noroeste a 1.400 en el sureste y el 80% se registra en primavera-verano. Sin embargo, aún en las zonas menos lluviosas, el ambiente es favorable para el crecimiento del forraje siguiendo esa marcada estacionalidad.
En cuanto a las temperaturas, en los últimos cinco años oscilaron entre 22 y 25 °C promedio, pero son frecuentes marcas por encima de los 36°C, inclusive durante el invierno, algo que es más notorio hacia el oeste.
Así las cosas, en el Chaco paraguayo dominado por palmares y montes en galería, los sistemas de producción se basan en el campo natural y una baja utilización de pasturas cultivadas en los rodeos de cría. En el Chaco Oriental, en cambio, la introducción de pasturas megatérmicas, que producen en forma muy abundante, ha sido determinante del aumento explosivo de la producción de carne del país, de la mano de especies como Gatton panic, Pasto colonial, Brachiarias, pasto Tanzania, pasto estrella, entre otros.
Los unos y los otros
Con la revolución forrajera en marcha y de la mano de razas adaptadas a estos ambientes, el stock vacuno guaraní tuvo el mayor aumento de los últimos 40 años entre los países del Mercosur. Su rodeo creció 280%, mientras en Brasil, con su gigantesca escala, se incrementó 52% y en la Argentina se mantuvo constante.
En cuanto a la composición de la faena, Paraguay presenta una ventaja frente a la Argentina como se observa en el siguiente cuadro.
Se destaca la nula participación de novillitos, que son reemplazados por categorías más pesadas: novillos y toros. La relación toro-novillo es de 4:1 en línea con la importancia de la producción de machos enteros de menos de 30 meses.
Por cabeza y por hectárea
Con respecto a la eficiencia del rodeo el primer paso es comparar la producción de carne en kilos de carcasa por cabeza en stock, o sea, incluyendo la cría, recría y terminación.
Paraguay es el país que produce menos kilos de carcasa por animal/año (37,6 kg) de la región, comparado con la Argentina y Brasil (57,7 kg y 54,6 kg/cab). De cualquier modo, los tres se ubican por debajo del promedio mundial (76,3 kg carcasa/animal/año), que incluye ganaderías de avanzada como EE.UU. donde casi se duplica ese nivel: 135,8 kg carcasa.
El mayor indicador de eficiencia surge de cotejar la producción diaria en kilos de carcasa por cabeza en stock en las ganaderías con regiones subtropicales del Mercosur versus el mundo.
Paraguay, Argentina y Brasil tienen una producción diaria promedio por cabeza inferior al promedio mundial (0,42 kg/cab en stock).
Si bien la Argentina supera a Paraguay y a Brasil (0,35 kg/cab/d versus 0,21 y 0,28 kg//cab/d, respectivamente), hay que tener en cuenta que más del 60% de su ganadería se desarrolla en zonas templadas, con pasturas que producen con muy buena calidad todo el año, incluyendo el invierno, lo cual favorece ganancias de peso de 500 a 600 gr /cab/d.
Sin embargo, la menor producción por cabeza de Paraguay y Brasil (0,21 y 0,28 kg/cab/stock, respectivamente) es compensada por una mayor producción de forraje por hectárea, propia de ambientes cálidos y húmedos. Esto constituye una fortaleza ya que permite sostener una mayor carga por unidad de superficie y, a pesar de la menor productividad individual, lograr producciones superiores por hectárea forrajera.
Estos datos corroboran que, en Paraguay, de igual modo que en Brasil, a pesar de presentar menores ganancias de peso individuales que en la Argentina, la productividad de sus campos naturales y pasturas cultivadas (aunque más fibrosas y estacionales) permiten lograr altas cargas que se traducen en mayores producciones por unidad de superficie.
Desafíos del subtrópico
Las limitantes productivas de Paraguay, Brasil y la Argentina, que generan una producción por cabeza de stock inferior al promedio mundial, merecen un análisis pormenorizado.
Los índices reproductivos en la región subtropical son bajos respecto de la Argentina templada, donde también son mejorables. Si bien la relación ternero/vaca promedio de la Argentina es 0,64, en el norte del país (0,48, aproximadamente) resulta similar a la de Paraguay y Brasil.
Los factores que determinan esta problemática son múltiples e incluyen manejo reproductivo y sanidad, aunque a los fines de este análisis también se consideran las bajas ganancias de peso invernales que afectan los procesos de recría de machos y hembras.
En el norte argentino, así como en Brasil y Paraguay, los sistemas ganaderos se basan en pasturas megatérmicas que producen pasto de calidad solo durante seis meses al año (finales de primavera y verano). Por eso, es necesario diferir forraje hacia el invierno con la consecuente pérdida de cantidad y calidad, lo que afecta notoriamente la ganancia de peso, la producción por animal y por hectárea.
Esas bajas ganancias e incluso pérdidas de peso invernales (-200 a 150 gr/cab/d) demoran el proceso de recría de las hembras de reposición llevando el primer servicio a 30 o 36 meses; y de los machos que retrasan su terminación y faena, lo cual representa un verdadero talón de Aquiles para el desarrollo de la ganadería regional.
El ajuste tecnológico
Actualmente, numerosas empresas de zonas subtropicales están aprovechando la elevada disponibilidad de forraje estacional para aumentar la producción por animal a través de distintas prácticas.
A saber:
– Cada vez más productores adoptan la suplementación tanto en recría como en terminación a campo. Esta práctica permite aumentar la ganancias de peso desde los -200 a 150 gr/cab/d, a través de suplementos energético-proteicos en base a harinas vegetales, burlanda seca y aditivos nutricionales, entre otros. También permite ajustar la carga animal del sistema, pero sin ser tan efectiva como el uso de corrales.
– Asimismo, se ven más corrales de recría para maximizar la carga primaveral. Estos encierres mejoran la ganancia de peso invernal (llevándola hasta 800g/cab/d promedio) y permiten empalmar con una performance similar una vez llegada la primavera.
– Por otra parte, la creciente utilización de la suplementación y el engorde a corral posibilita acortar la edad de terminación y aumentar los pesos de faena.
– La incorporación de la terminación a corral se utiliza, a su vez, para lograr un mínimo de engrasamiento de los machos enteros (unos 4 mm de espesor de grasa dorsal) de modo de satisfacer las demandas de los mercados (39% exportación) y agregar muchos kilos sin perder la eficiencia propia de la categoría.
En síntesis, las zonas subtropicales de Paraguay, Brasil y Norte de la Argentina tienen un alto potencial para aumentar la producción de carne atento a la mayor producción de sus pasturas. La estrategia es aplicar tecnología para mejorar el aprovechamiento y la calidad del forraje buscando aumentar la carga y, fundamentalmente, la ganancia de peso individual de sus rodeos.
Por: Ing. Agr. Juan C. Elizalde, Ph.D.
Ing. Agr., M. Sci. Sebastián L. Riffel
Redes: @elizalderiffel
Trabajo realizado en el marco del convenio con Phibro Animal Health
Fuente: Valor Carne
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