El Gobierno trabaja contra reloj para definir un nuevo esquema para las exportaciones de carne vacuna, las que serían reabiertas tras el fin de semana. Con ese fin, y tal como lo adelantó el lunes el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se anunciarán distintas medidas, algunas acordadas con la industria y otras por cuenta de las autoridades. En paralelo, se pondrá en marcha un plan ganadero para impulsar la producción, sobre el que están trabajando funcionarios del ministerio de Agricultura.
Si bien aún faltan definir varios detalles, A24.com Agro pudo acceder a las piezas fundamentales de la estrategia productiva que tendrá como foco el desarrollo de la actividad con un criterio de regionalidad. El objetivo es mejorar la eficiencia en la cría y lograr un mayor peso de faena, además de fortalecer la estructura industrial en zonas donde escasean frigoríficos con habilitación nacional.
Para ello, se estudia la implementación de créditos a tasa subsidiada, amortización acelerada de inversiones y desgravaciones impositivas, entre otras herramientas. Los destinatarios del financiamiento serán productores e industriales del universo Pyme y se pondrá el acento en la transparencia comercial de la cadena.
El diagnóstico
Como punto de partida, los técnicos de Agricultura consideran que hay dos datos claves a mejorar, en ambos extremos de la cadena productiva: la tasa de destete, del 63%, y el peso de faena, de 227 kg. Ambos, se encuentran casi sin variantes en décadas y optimizarlas resulta fundamental para hacer crecer el stock y la producción de carne.
El objetivo fijado por Kulfas es llegar a los 4/5 millones de toneladas anuales de producción de carne desde los algo más de 3 millones actuales. Para avanzar en ese camino aparecen sobre la mesa algunas estrategias que van en línea con lo conversado con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y la Mesa de las carnes.
Plan Ganadero: El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, planteó el objetivo de que la Argentina produzca 4/5 millones de toneladas de carne bovina anuales.
Por el lado de la cría, la visión compartida con el sector privado es que «hay que alimentar a la vaca para que se preñe». Por eso, se estudia lanzar líneas de financiamiento para siembra de pasturas y confección de reservas forrajeras. También se impulsará la renovación de genética bovina, apuntando a la calidad y la eficiencia, y la implementación de planes sanitarios.
En cuanto al camino para lograr un mayor peso de terminación, por el momento no se contempla la suba del peso mínimo de faena. «Para tener un mayor peso de faena hay que avanzar en un cambio cultural», analizan en Agricultura. «No sirve poner altos pesos mínimos que a la larga no se respetan o que, como ya pasó, terminan favoreciendo a los frigoríficos porque las sanciones debe enfrentarlas el productor», agregan.
Por eso, los funcionarios barajan distintas herramientas como la eliminación del pago a cuenta de ganancias por la tenencia de animales (se pagaría directamente a la venta) y la desgravación impositiva para el novillo pesado, lo que ya fue debatido en las reuniones del Gabinete Económico con el CAA.
Cabe destacar que esto último fue impulsado sin éxito por el sector durante el Gobierno de Mauricio Macri, por lo que conseguirlo en el contexto de una relación conflictiva con la actual gestión de Alberto Fernández, sería un logro político importante, no solo para los productores sino también para la Casa Rosada.
Mirada federal
La idea de los funcionarios nacionales es trabajar en conjunto con los gobiernos provinciales para apuntalar lo necesario en cada zona. Por ejemplo, a través del financiamiento de la construcción de un frigorífico en regiones donde no haya instalaciones con habilitación nacional, apoyando en un determinado plan sanitario, contribuyendo a la renovación de la genética o la realización de obras de infraestructura.
«No queremos intervenir en los planes ganaderos provinciales, sino ver al país de una forma federal y apoyar en lo que falta, en lo que veamos que necesita», contó una fuente oficial. Por ejemplo, «ayudando a un productor a que no tenga que mandar su hacienda a faena a 500 km, fuera de su provincia. Es una forma de valorizar la producción», planteó.
Pero este espaldarazo no se destinará solo a través de los gobiernos locales. «Vemos muchas iniciativas privadas que están generando desarrollo en zonas extrapampeanas y que necesitan apoyo. Tenemos que ver la forma de ayudar ahí», agregó la fuente.
Financiamiento
Más allá de que el soporte técnico está dado por el ministerio de Agricultura, será Desarrollo Productivo el que se ocupe de instrumentar la financiación del Plan Ganadero. En ese sentido, el área que maneja Kulfas definirá el monto total de inversión oficial, el nivel tasa subsidiada de las distintas líneas de crédito y los diferentes mecanismos de ayuda.
El objetivo es sumar no solo a la banca oficial sino también a las entidades privadas. «Los bancos están muy líquidos, pueden destinar líneas a la ganadería», agregan los funcionarios.
Un punto central de la estrategia, tal vez el que más se discuta hasta última hora, es a qué tipo de productor e industrial se destinará la ayuda.
Con ese fin, en el ministerio de Agricultura ya segmentaron con distintos criterios (cómo superficie, stock y zona productiva) los diferentes estratos de productores, desde los más chicos hasta los más grandes. «El criterio que va a primar es el del universo PyME«, sostienen los funcionarios, aunque aún no está definida la línea delgada que marcará quiénes quedarán adentro o afuera de la ayuda.
Y finalmente, el otro criterio será el de «transparencia». «Esto obligará a tener todo en regla. Para acceder a los beneficios, habrá que trabajar de manera transparente», subrayan.
Vuelven las exportaciones
En las últimas horas del martes corrieron distintas versiones sobre la reapertura de las exportaciones, que llegaría luego de que el próximo sábado venza la suspensión por 30 días.
A partir de ese momento podría entrar a regir un sistema de cupos de exportación que en un principio podría ser del 50% de lo embarcado en 2020, además de las cuotas internacionales, como la Hilton o la de Estados Unidos.
Más allá de que esta posibilidad es rechazada por la Mesa de Enlace, lo que hace prever una nueva convocatoria a un cese de comercialización, se trata de una alternativa similar a la implementada en 2006 tras el cierre de las exportaciones de entonces, que generó fuerte desincentivo a las inversiones de productores e industriales.
En definitiva, habrá que esperar a que el nuevo esquema exportador y el Plan Ganadero salgan a la cancha, para ver qué es lo que más seduce, o asusta, al sector ganadero. Por Marcos Lopez Arriazu