Desde la Federación Agraria Argentina esperamos y propiciamos los espacios de diálogo y el fortalecimiento de las instituciones democráticas, por ello ayer nos hemos reunido con el Ministro de Agricultura Ing. Luis Basterra, luego de la publicación de medidas tomadas de manera inconsulta en materia de derechos de exportación el pasado sábado. Estamos convencidos de que la imposición no es el camino. Todos debemos aprender de nuestra historia y de los errores que hemos cometido, pues eso es parte del crecimiento institucional. Pero, tras el encuentro con Basterra, nuevamente nos sorprendieron las declaraciones periodísticas vertidas anoche por el presidente Fernández.
Las retenciones son claramente un mal impuesto, que grava la producción y frena el desarrollo; cuando estamos en situación de promover más trabajo y más producción, con desarrollo rural sostenible, que contenga a los pequeños y medianos productores. Ese es el camino para que no sigamos desapareciendo, como lo indican las últimas estadísticas del Censo Nacional Agropecuario. Hace 30 años que somos cada vez menos, y no lo podemos seguir permitiendo. En este contexto, creemos que deben dejar de pegarle al caballo que más tira y dejar de martillar al clavo recto.
Por ello, reiterada y sostenidamente venimos pidiendo políticas diferenciadas. Necesitamos que se nos reconozca como sujetos centrales en el desarrollo del país, que se deje de pensar en “el campo” como mero “generador de toneladas o divisas” y se nos vea acabadamente a los miles que somos, y que con nuestro trabajo y el de nuestras familias, los hacemos posibles. Las políticas públicas no deben y no pueden tratarnos iguales a los que somos estructuralmente diferentes.
Los pequeños y medianos productores vivimos en el interior del país; necesitamos más federalismo y coparticipación con las provincias y los estados locales de los impuestos que pagamos. Pedimos que nuestro aporte se vea reflejado en la satisfacción de las necesidades que tenemos, entre las que se destacan: acceso al crédito con tasas bajas, infraestructura en caminos, riego, rutas, seguros multirriesgo, y que nos ayuden a no tener que dejar la actividad productiva, ni abandonar nuestro lugar. El desarraigo es cada vez mayor, perdemos jóvenes, cultura, soberanía. Necesitamos mejores condiciones para los que estamos lejos de los puertos, y dejar de ser rehenes de los intermediarios que abusan de su posición dominante para obligarnos a malvender nuestros productos. Queremos ser el motor de desarrollo rural. Seguir poniéndole vida y aportando con nuestro trabajo a este país todos los días; pero necesitamos que el esfuerzo sea equitativo, tanto dentro como fuera de nuestro sector. Porque, como dijo Don Humberto Volando: “Argentina se recuperará con el campo, nunca sin el campo, menos aún contra el campo”.