Si bien existen diversos factores que influyen sobre la cantidad de agua requerida por los animales, como la temperatura y humedad ambiente y el tipo de alimento consumido por el animal, aumenta hasta un 60 % los requerimientos de agua en los animales durante los meses calurosos.
Frente a un contexto climático complicado que se caracteriza por la escasez hídrica, los especialistas del INTA brindan algunas recomendaciones para reducir el impacto del calor en los animales.
De acuerdo con Osvaldo Balbuena, del INTA Colonia Benítez –Chaco–, “el ganado aumenta entre un 30 y un 60% el consumo de agua en los meses calurosos. Así, un animal para carne de 450 kilogramos puede consumir entre 41 y 66 litros de agua, según sea la temperatura ambiente que puede oscilar entre 21 o 32º C, respectivamente”.
En un contexto climático en el que se estima un trimestre con elevadas temperaturas y escasas precipitaciones, Balbuena consideró “muy importante” que cada productor evalúe su disponibilidad de agua y el estado de las aguadas, así como la disponibilidad de pasto en diferentes potreros.
Asimismo, recordó que se debe tener en cuenta la frecuencia de consumo voluntario de aguade las vacas que es de entre 3 y 4 veces por día. En este sentido, subrayó la importancia de la distancia a las aguadas dado que, si el consumo está limitado, el animal comienza a comer menos y más lentamente.
“Es importante utilizar los potreros que primero van a tener problemas con la provisión de agua”, señaló Balbuena al tiempo que consideró necesario evitar el empantanamiento de los animalesen las aguadas mediante su cercado.
En cuanto al estado general del ganado, el especialista recomendó priorizar su alimentación. En este sentido, consideró “urgente” el destete de todos los terneros al pie que tengan un mínimo de 60 días de edad –anticipado o precoz–, sin olvidar que hoy es posible destetar un ternero con 30 días –hiperprecoz– a fin de incrementar la preñez.
A su vez, destacó: “En el rodeo de cría, además de los vientres debe ser atendida la recría hembra, porque serán los futuros vientres”.
Es que, de acuerdo con Balbuena, con estas medidas es posible economizar en alimento y disponer de una hembra en mejores condiciones para el siguiente servicio. “Es más fácil y económico alimentar al ternero que al par vaca-ternero”, alertó y aseguró que, ayudar a recuperar la condición corporal de la madre, “permitirá una mayor preñez”.
En cuanto a la prioridad para el destete, el técnico de Chaco aconsejó considerar, en especial, a la vaca de primera parición y a las que están flacas, es decir, en condición corporal menor a cuatro. Y, a las que criaron el último ternero, es conveniente sacarlas del campo y,venderlas