El martes próximo, la Unión Europea (UE) deberá definir si extiende la licencia del glifosato para su uso en el bloque de integración.
En octubre y noviembre pasado, los miembros de la UE no lograron un acuerdo para renovar la licencia del herbicida y ahora la próxima votación se hará el martes 28. En la votación del jueves 9 fueron 28 los miembros que apoyaron una extensión de cinco años y nueve votaron en contra con cinco abstenciones.
Se necesita el 55% de los países que representen el 65% de la población de la UE para aprobar este tipo de resolución. El plazo para una decisión vence en la segunda mitad de diciembre. En junio de 2016 expiró la licencia de 15 años y se aprobó una extensión de 18 meses.
Estudio en Estados Unidos
Por otra parte, en Estados Unidos un estudio realizado a lo largo de varias décadas sobre trabajadores rurales no encontró relación entre la exposición al herbicida y el cáncer.
La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer –de la Organización Mundial de la Salud (OMS)– en 2015 concluyó que el glifosato “probablemente cause cáncer”. Sin embargo, luego la OMS no acompañó esa conclusión.
En junio de 2017, la Agencia Europea de Químicos indicó que “no hay evidencia que vincule al glifosato con el cáncer en humanos, en base a la información disponible”. Agregó que “el glifosato no puede clasificarse como una sustancia que cause mutaciones genéticas o que afecte la reproducción”.
La semana pasada se publicó en Estados Unidos un estudio de largo plazo que estudió durante décadas a trabajadores rurales de ese país expuestos al uso del glifosato y que concluyó que no hay un vínculo consistente con el cáncer.
Estudio sobre salud agrícola
El trabajo se publicó en la revista del Instituto Nacional del Cáncer y concluyó que no hay asociación entre el herbicida con tumores o linfomas malignos. El estudio dijo que había “alguna evidencia sobre un riesgo mayor” de un tipo de leucemia, aunque ese vínculo no era “estadísticamente significativo”.
La investigación fue parte de un extenso proyecto conocido como Estudio sobre Salud Agrícola, el cual relevó desde principios de la década de 1990 a decenas de miles de trabajadores, productores y sus familias en Iowa y Carolina del Norte.
La semana pasada Monsanto –fabricante del herbicida en base a glifosato Round Up– y cerca una docena de asociaciones de agricultores estadounidenses demandó a California por calificar al herbicida como cancerígeno.
En julio pasado, la Oficina de Evaluación de Salud Ambiental decidió que en los envases de herbicidas que contienen glifosato se incluyera la advertencia sobre que se trata de un producto cancerígeno. Luego del anuncio del juicio, la oficina indicó que siguió procedimientos adecuados a la hora de fijar la advertencia y que se mantiene en su posición. Fuente: El Observador – Por: Blasina y Asoc.