Tres meses después de la devaluación –que contribuyó a mejorar los márgenes de rentabilidad de las 18 compañías cárnicas habilitadas para exportar a China– los frigoríficos finalmente trasladaron el diferencial cambiario a los productores.
El tipo de cambio, que a comienzos de mayo pasado no superaba los 21 $/u$s, desde entonces comenzó a aumentar (es decir: a depreciarse respecto del dólar estadounidense) para superar los 25 $/u$s en junio y pasar por encima de los 28 $/u$s a comienzos de julio, aunque posteriormente se descomprimió hasta ubicarse actualmente en torno a 27,4 $/u$s.
Pero el precio promedio de la vaca conserva buena en el Mercado de Liniers se mantuvo planchado desde mayo hasta fines de julio pasado, para recién entonces equipararse con el saltodel tipo de cambio (ver gráfico).
El miércoles 25 de julio el valor promedio de la vaca conserva buena en Liniers superó los 23 $/kg para volver a subir por encima de los 26 $/kg la semana pasada. En el arranque de esta semana los valores de esa categoría aflojaron, pero ya sin regresar a los mínimos registrados hasta fines de julio.
La vaca conserva –debido al apetito descomunal de proteínas cárnica que viene registrando en los últimos años la demanda china– se ha transformado prácticamente en un bien cuasi dolarizado, dado que la mayor parte de los cortes destinados a la nación asiática provienen de esa categoría.
Además de la mejora competitiva generada por la devaluación, los frigoríficos exportadores tenían hasta el pasado 31 de julio un reintegro del 5,8% sobre el valor FOB de los cortes congelados (el cual dejó de regir en el presente mes de agosto para regresar a un nivel de 2,5% a 4,0%, dependiendo del producto).
El planchazo del valor de la vaca conserva fue motivo de queja por parte del empresario agropecuario y ex ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile, quien, además de contar con una empresa de cría bovina en Formosa, fue –irónicamente– el instrumentar del reintegro para el sector frigorífico.