Muchas zonas del país reflejan en sus campos la falta de agua y la escasez de forraje para alimentar a los animales. La superficie en total del país afectada supera los 140 millones de hectáreas y se estima que hay 12.400.000 cabezas de ganado en riesgo.
Según datos aportados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el invierno 2022 fue el quinto consecutivo que Argentina sufrió la escases de lluvias y un 33% más seco que lo normal. Y, como si fuera poco, el fenómeno La Niña se extendería durante todo el verano luego de prevalecer durante tres años.
La Niña vs El Niño en 2023
En base a que las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial se mantuvieron por debajo del promedio a mediados de septiembre y los resultados de distintos modelos climáticos, el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI, International Research Institute for Climate and Society) de la Universidad de Columbia estima que hay una probabilidad del 75 por ciento de que La Niña siga presente durante los meses de diciembre, enero y febrero.
Cuando este fenómeno se presenta con una intensidad con capacidad de influencia, en Argentina se lo asocia a condiciones más secas. «Lo que tuvimos este año es una Niña de débil a moderada, esto quiere decir que tiene una señal que llega, que tiene influencia», indica Cindy Fernández desde el SMN.
Pero aparece una señal de esperanza en medio de la sequía. A partir del 2023 se terminaría La Niña y ganarían las condiciones neutrales. Incluso comienzan a aparecer chances de El Niño por encima de La Niña.
«Al llegar el verano -adelanta la meteoróloga del SMN- lo que se observa en los pronósticos es que va a tender a debilitarse por lo que empezarán a jugar otros factores que contribuirán o inhibirán los efectos que tiene La Niña», por lo que recomienda seguir pronósticos de corto plazo.
Respecto al trimestre que comienza, la meteoróloga Cindy Fernández, explicó que La Niña continuará con una señal significativa y que “este fenómeno contribuye a que el aire esté más seco y que las temperaturas puedan subir o bajar con mayor facilidad y que, por ende, haya mayor amplitud térmica”.
El SMN junto con especialistas de otros organismos elaboraron el pronóstico climático de consenso que indica que para lo que queda del año la probabilidad de precipitaciones será inferior a lo normal en la región del Litoral, norte y este de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, este de San Luis y oeste de Patagonia, mientras que estarán en el rango de normal a inferior al promedio en el norte, La Pampa, sudoeste de Buenos Aires, este y sur de Patagonia. Se esperan condiciones normales en el noroeste y en Cuyo.
«Hay que tener en cuenta que si bien el pronóstico prevé menos precipitaciones por toda esta influencia que hay en la región, estamos entrando en la temporada de lluvias. Octubre y noviembre son de los meses más lluviosos en la región Pampeana, por lo cual es esperable que las precipitaciones empiecen a ser al menos un poquito más recurrentes, aunque sin alcanzar las condiciones normales para esta época», aclara la meteoróloga.