Ante las altas temperaturas registradas durante los últimos días en la mayor parte de las regiones ganaderas, Juan Elizalde y Sebastián Riffel actualizaron las recomendaciones sobre sombra y asperjado, que se suman al manejo nutricional para abordar la problemática bajo una visión sistémica. Costos y beneficios.
Estamos en verano y con él están apareciendo las complicaciones relacionadas al estrés térmico que afectan la producción animal, con eventos que seguramente serán frecuentes durante los próximos meses. Así anticipaba esta problemática el estudio Elizalde & Riffel, en una nota publicada en Valor Carne tiempo atrás, que ahora acercamos a nuestros lectores, con datos actualizados, para complementar La Nutrición bajo el calor del verano, temática desarrollada por el Ing. Ag. Juan Elizalde en un webinar realizado por Phibro Animal Health
Estrés térmico
El Dr. Terry Mader, exprofesor de la Universidad de Nebraska y consultor privado en temas ambientales, sostiene desde hace años que el estrés por calor causa pérdidas productivas y puede llegar a afectar la supervivencia de los animales. Estos problemas son cada vez más frecuentes debido al aumento de las temperaturas estivales y a la mayor actividad metabólica del ganado generada por el calor de fermentación, derivado del agregado de grano con alto nivel de procesamiento a las raciones.
¿Qué es el estrés térmico? Se trata de una sumatoria de factores ante los cuales el animal no se puede adaptar para mantener su homeostasis o estabilidad del organismo frente a una agresión. En concreto, puede tolerar un factor de estrés (por ejemplo, alta temperatura) pero cuando aparece más de una condición negativa (altas temperatura, humedad y radiación, mala calidad de agua) no puede responder a través de su homeostasis y sufre daños que afectan la producción o supervivencia.
En estos casos, el consumo de materia seca se reduce habitualmente entre 5% y 50%. La ganancia de peso disminuye y la eficiencia de conversión de alimento en carne empeora más aún (posiblemente el doble) por la combinación de un menor consumo y un mayor gasto energético para sostener sus gastos de mantenimiento. En situaciones extremas el golpe de calor produce temblores, falta de coordinación, colapso neurológico y muerte del animal, tal como ocurrió en varias regiones del noroeste de la provincia de Buenos Aires en febrero de 2017.
Una cuestión a tener en cuenta es que el estrés calórico tiene mayor incidencia en animales con problemas sanitarios previos (por ejemplo, neumonías crónicas) y en aquéllos con pelaje de color negro (Angus), en terneros jóvenes (destete precoz) y en los novillos que llevan muchos días de confinamiento y están muy pesados y engrasados.
Estrategias de mitigación
Cualquier estrategia de mitigación aplicada en forma aislada permite disminuir la incidencia del problema, pero no lo anula ni lo disminuye en forma marcada. Incluyendo herramientas como sombra, asperjado y manejo nutricional y alimenticio se podría lograr un buen resultado o sea reducir entre un 30 y 50% el efecto generado por la ola de calor.
Hay experimentos que demuestran que la sombra reduce entre un 20 a 40% el impacto en la eficiencia de conversión generado por una ola de calor versus situaciones que no cuentan con esa protección. Pero existe todavía un margen del 60% para avanzar en la mitigación de este evento con manejo del agua y de la ración, entre otros.
La sombra es un método efectivo porque reduce la radiación directa e indirecta sobre los animales, pero pierde el beneficio si no hay viento. El espacio de media sombra debe ser de 1,8 m2/cab para novillos pesados y de 1,5 m2/cab para terneros o novillitos livianos; la altura mínima debe ser de 3 a 4 m para que circule aire por debajo y la mejor orientación es N-S. Con todos estos consejos es posible reducir entre 1-3 ºC la temperatura ambiental.
En las fotos siguientes se presentan diferentes tipos de estructura con media sombra al 80% o techo de chapa.
Como se dijo más arriba, hay categorías de animales que son más susceptibles al estrés térmico respecto de otras. En este sentido, los terneros de destete precoz, los animales de raza Holando (terneros, novillitos y novillos) y todos aquéllos terminados para venta requieren acceso a algún tipo de sombra (natural o artificial).
El asperjado o rociado es un método efectivo para mitigar el estrés por calor. Es de rápida adaptación, pero resulta extremadamente adictivo por lo que tiene que funcionar siempre ya que, si se discontinúa durante unos días, puede causar mortandad.
Se requiere asperjar el ganado cada hora durante 3 a 5 minutos. Las gotas tienen que ser grandes para que penetren en el pelo del animal. Si los animales perdieron el pelo de invierno el tamaño de las gotas puede ser menor. Este manejo se hace con un timer que se programa y funciona automáticamente.
El sistema más recomendable es rociar además la superficie del suelo para evitar voladuras de tierra. Esto último se puede hacer con un camión regador que tire agua dentro de los corrales o colocando aspersores en los corrales. De esta forma se reduce el calor que viene del suelo (que refleja la radiación), debiéndose regar una superficie de 1,8 m2 por animal. El suelo tiene que estar húmedo, pero no hacer barro. Además, hay que considerar que con este sistema se duplica o triplica la cantidad de agua que se utiliza en un feedlot respecto a un día normal, generando una gran demanda del recurso.
Sombra & asperjado
La escasa evidencia experimental comparando sombra versus asperjado indiciaría que bajo iguales condiciones la sombra sería más eficiente que el asperjado a los efectos de la mitigación. Sin embargo, lo ideal sería utilizar ambas herramientas para llegar a reducir en un 80% el impacto de la ola de calor frente al carecer de las mismas.
En las fotos siguientes se presenta una estructura combinada de asperjado y media sombra al 80% con un timer que activa el rociado a partir de una temperatura definida.
Costos y beneficios
El punto crítico para definir las herramientas de mitigación del estrés calórico es la frecuencia en que se presentan los episodios en cada región, según la combinación de temperatura, humedad, velocidad del viento y radiación.
No cabe duda de que, cuando aparecen esas condiciones, el uso de la sombra o el rociado son altamente efectivos, pero cuando no se dan con cierta periodicidad la mitigación tiene un impacto sobre el costo, pero no necesariamente un beneficio económico.
Por ejemplo, en la Argentina, a precios de diciembre de 2021, y considerando deterioros en la eficiencia de conversión del 20% durante los 100 días de engorde, la pérdida por estrés puede ser de 3.600 $/cab en promedio. Los menores perjuicios se dan zonas donde la evapotranspiración de los meses críticos supera las precipitaciones y en las que hay alta velocidad del viento. Los mayores, corresponden a zonas de alta humedad y/o de baja velocidad del viento.
En tanto, las instalaciones de mitigación son muy costosas en términos de inversión inicial y pueden variar desde $2.500 (estructura de caño con media sombra) a $6.000-8.000 por animal, en el caso de estructura metálica con techo de chapa.
Para hacer un análisis más preciso sería conveniente considerar el efecto de la mortandad de animales (al menos un porcentaje) a pesar de que no se produzcan todos los años.
Como conclusión, el repago de la inversión depende de la frecuencia con que ocurren los eventos de estrés por calor, un tema que es necesario seguir con atención.
Nutrición y alimentación
Con relación a la temática abordada en el webinar del laboratorio Phibro, “Nutrición y alimentación en condiciones de estrés térmico”, los especialistas reforzaron los siguientes conceptos.
En período estival los animales consumen la mayor parte del alimento al atardecer, lo cual les permite disipar el calor asociado a la digestión y al metabolismo durante la noche cuando la temperatura es menor. Por lo tanto, a partir de diciembre y hasta principio de marzo, es conveniente suministrar una mayor proporción de la ración a la tarde para que dispongan de comida fresca al momento del pico de consumo.
Trabajos desarrollados por el Dr. Zinn de la Universidad de Davis demuestran la conveniencia de ofrecer el 30% de la ración diaria a la mañana (lo más temprano posible) y el 70% restante a la tarde (lo más tarde posible) en los feedlots que no tienen sombra artificial. De esta forma se logra una mejora en la eficiencia de conversión respecto de suministrar la ración en los horarios de mayor calor.
Otro problema clave es que el animal disminuye el consumo ante condiciones de calor excesivo y luego hace grandes picos de ingesta que pueden conducir a la acidosis subclínica o aguda. Es por ello que se recomienda reducir el consumo de energía metabolizable a fin de disminuir el calor de fermentación ruminal, que es la principal fuente de calor a disipar en animales en engorde con dietas de alto grano. Ajustes moderados en la concentración energética de la ración bajan la producción de calor sin deteriorar la eficiencia de conversión debido a que se evitan esos casos de acidosis.
En síntesis, un abordaje sistémico de la problemática del calor en el feedlot permite limitar las pérdidas productivas y económicas, preservando la salud y el bienestar animal.
Por: Ing. Agr., M, Sci, Sebastián Riffel
Ing. Agr., M. Sci., Ph. D, Juan Elizalde
Convenio Elizalde& Riffel- Phibro Animal Health