El consultor repasa lo que está sucediendo con la oferta de las diferentes categorías vacunas y hace especial mención a la de novillos.
Mercado. Repunte de la oferta ganadera en julio y agosto. Hay más envíos de novillitos, vaquillonas y terneros por la salida de los feedlots, los que aún están completos. En agosto se da también una recuperación de la faena de novillos. La matanza de vacas, en declinación por razones estacionales, pero todavía por arriba de los niveles de equilibrio. La participación de vacas y vaquillonas indica que todavía no abandonamos la fase de liquidación. Al crecer la faena y estancarse la exportación, crece el consumo aparente, que podría ubicarse en estos últimos dos meses cerca de los 50 kilos per cápita. Una oferta no tan reducida como la de los meses anteriores, una exportación estancada y un consumo que se hace cargo del volumen adicional que se vuelca al mercado. Precios del gordo y de la invernada retrasados con respecto a la inflación; cautela y algo de pesimismo entre los productores. «Tranquilos, este no es el tipo de cambio de equilibrio, esto tarde o temprano se va a resolver». En muchas zonas del país el clima empieza a jugar (en contra).
Novillos. En la Primera Vacunación contra la Aftosa del año 2004 se registraron 6,6 millones de novillos; a partir de aquel momento el stock de esta categoría ha caído de manera ininterrumpida durante más de dos décadas, hasta estabilizarse en los 2,9 millones de animales en el período 2018-2023. Según los datos provisorios que hemos podido recabar, en la Campaña de Vacunación recientemente terminada (primera del 2024) el stock se habría reducido nuevamente a solo 2,7 millones de novillos, un 4% menos que el año pasado y un 59% menos que hace veinte años, cuando SENASA comenzó a publicar la serie. La caída de las existencias de novillos es particularmente dramática en el Oeste de Buenos Aires, Este de La Pampa, Sur de Córdoba y Sur de Santa Fe. Algunos partidos o departamentos tienen hoy un 80% menos de novillos que hace dos décadas y media atrás. La caída del stock ganadero no es mayor gracias a la presencia de los feedlots. En todas esas zonas la invernada pastoril prácticamente ha desaparecido, y las tierras que ocupaba han pasado -hace dos décadas- masivamente a la agricultura, sin que se vislumbre un retorno a la ganadería, al menos en el corto plazo
Fuente: fifra.org.ar
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