La faena argentina alcanzó a 1,27 millones de cabezas en julio, 10% más que hace 12 meses.
Dado el mayor número de días hábiles del mes pasado, el procesamiento diario sólo aumentó 5% sobre aquel número.
Lo más importante, es que este registro podría estar rompiendo la sostenida tendencia de moderación de la faena que se venía observando desde hace justamente un año, como puede apreciarse en los siguientes gráficos.
En el gráfico de las comparaciones tomadas de a tres meses móviles los cambios se notan de manera más manifiesta que el dato de a 12 meses móviles, ya que esto supone una mayor atenuación de las variaciones que se producen casi todos los meses.
La participación de hembras
Contrariamente a la lectura que supondría un cambio de tendencia, el porcentaje de hembras sobre la faena total bajó por tercer mes consecutivo, desde que se alcanzara el récord de 52,4% en abril. En mayo y junio tales porcentuales retrocedieron de a un punto y ahora bajó casi dos, para ubicarse debajo de la mitad: 48,8%.
Siempre sostuvimos que la mayor participación de las hembras tenía que ver más con la caída (o moderación) más acentuada de los machos que con un riesgo inminente de liquidación. En ese sentido, esta baja se debe a que en julio aumentó más la faena de machos.
Por otro lado, agregamos que el aumento del procesamiento total, unido a esta disminución de la participación de hembras, junta dos hechos que no suelen coincidir. Esto es un llamado a la prudencia en cuanto a la interpretación de estos movimientos.
Reflexiones sobre los cambios
Como afirmamos más arriba, la faena mes a mes suele ser bastante volátil, dependiendo de la época del año y la cantidad de días hábiles, entre otras variables. Por eso es temerario arrojarse a conclusiones con los datos de un período corto.
Sin embargo, también recae sobre el criterio del analista poder distinguir lo más rápido posible los cambios circunstanciales de aquéllos que pueden anticipar mudanzas en las tendencias. Eso es lo que el mercado espera de ellos para incorporar esos movimientos en sus decisiones empresariales.
Con sólo el dato de julio, que viene a romper la mencionada moderación y marcha atrás en la faena, no se pueden sacar conclusiones sobre base segura.
Para colmo, con el cambio de tipificación desde abril, no se puede analizar la faena por clasificación con la del año anterior. Virtualmente han desaparecido los terneros de la faena, que se suman a las categorías de novillitos y de vaquillonas según el caso, y una parte de lo que antes se clasificaba como novillos (por peso) también ha engrosado a “novillitos” (por dentición).
Sólo se puede seguir con la comparación agregada de sexo.
Con lo que tenemos hasta ahora, parece más probable que se trate de un número “raro” antes que un cambio de tendencia, ya que las variables de fondo no se han modificado. Las expectativas siguen siendo positivas, el mundo sigue exhibiendo grandes posibilidades, el tipo de cambio efectivo viene de un proceso de adecuación y los aspectos adversos (recesión, tasa de interés) tampoco se han agravado. Tampoco parece que la incertidumbre electoral haya incidido justamente en este mes.
En definitiva, la conclusión más importante de este análisis es que julio presentó una advertencia y que hay que seguir cuidadosamente lo que acontezca, para saber cuándo, cómo y si hay que tomar medidas de mitigación.
Por Miguel Gorelik, Director de Valor Carne