Los analistas estiman que la suba del índice de precios terminará unas décimas por encima del 3,5% por séptima vez en los últimos ocho meses. Con éstas mediciones, para el mes de julio superará la meta oficial del 29% y para septiembre, sería mayor al 36%, algo superior a lo que fue en el 2020 y también por encima de los acuerdos paritarios que se vienen cerrando durante este año.
La inflación de mayo terminará por debajo del 4%, algo que en los últimos cinco meses solamente ocurrió en febrero, pero por unas pocas décimas, con lo que los analistas esperan que pese a una leve desaceleración en los próximos meses para septiembre el acumulado ya supere el aumento de todo 2020.
En el transcurso del mes las expectativas de inflación aumentaron y ahora el consenso de las consultoras es que se ubique entre 3,5% y 4%, cuando a comienzos de mes el Relevamiento de Expectativas Macroeconómicas (REM) del Banco Central arrojaba una mediana de pronósticos de 3,2%.
La mayor preocupación oficial reside en que se están aplicando desde el Gobierno una batería de medidas de control de precios, seguimiento, Ley de Góndolas, cierre de exportaciones de carne y ninguna de ellas, tal como ha sucedido a lo largo de la economía argentina no han dado resultado, particularmente en los productos alimenticios.
Más allá de las previsiones de las consultoras privadas se espera que el INDEC refleje la cifra oficial, que se espera pueda descender hacia los meses de junio y julio, pero que se esperaba ya hubiese comenzado a bajar en éstos últimos meses para poder acercarse a las previsiones del presupuesto anual 2021.
El Monotributo, gas y telefonía, además de combustible son todos los aumentos previstos para junio. Los nuevos valores se verán reflejados en las facturas de julio. Además, se esperan más aumentos en los siguientes meses, lo que hace pensar que ese descenso será más que difícil.
FUENTE: https://estadodealerta.com.ar/ – Por Redacción EDA