Hacer un análisis adecuado del impacto estratégico en el ambiente de negocios de una fusión o compra de empresas tiene siempre la limitante de contar con un nivel parcial de información que nos impide medir el real impacto económico, social y político que puede implicar.
Mucho peor es cuando se produce una ola de fusiones y adquisiciones en una misma industria, que impactará y cambiará fuertemente el mundo de la provisión de tecnologías para el agro mundial, tanto en semillas y agroquímicos como en aplicaciones digitales.
Primero fue la compra que Platform hiciera de Chemtura, Agriphar y Arysta durante 2014 y 2015. Seguidamente la de Cheminova por parte de FMC. Podemos decir que ambas fueron el principio que desencadenó un proceso de compras e integraciones que cambió el escenario mundial.
Los grandes players salieron a tomar posiciones estratégicas. ChemChina completó la adquisición de la israelí Makteshim Agan para luego emprender la compra de la suiza Syngenta con el fin de crecer en el mundo de las empresas de investigación y desarrollo. Syngenta, que había sido objeto de una oferta hostil por parte de Monsanto, terminó en manos de esta empresa china.
Durante 2017, Dow y DuPont anunciaron una asociación de empresas de igual magnitud, sin involucrar movimientos de fondos, pero consolidando tres áreas de negocios químicos y de semillas.
En medio de eso, Bayer anunció su compra de Monsanto. Esta última pasó en un solo año de compradora a vendedora por una de las cifras más altas que el mercado de agro contempla hasta hoy. Muchas cifras siguen dando vuelta, pero podemos decir que son aproximadamente 60.000 millones de dólares lo que se pagó por el gigante de EE.UU.
Todas estas integraciones han sido aprobadas hoy por los organismos gubernamentales de control de los principales mercados del mundo y comenzarán en breve a ser operativas. El mayor éxito o no de estos procesos dependerá, en forma exclusiva, de la habilidad de cada organización de optimizar las sinergias y limitar las limitantes que tiene que integrar la pirámide competitiva de las organizaciones, esto es estrategia, estructura y cultura.
Sería apresurado y poco profesional proyectar cuán eficaz y eficiente serán esos procesos en cada «nueva» empresa. Como académicos y hombres de negocios podemos en estos momentos iniciales analizar los macroimpactos tecnológicos y económicos-geopolíticos que este proceso tiene.
Bloques
Dividamos al mundo en cuatro grandes regiones: Estados Unidos, la Unión Europea, China y el resto del mundo y hagamos el análisis del mismo.
En términos económicos, China es la gran ganadora, ya que adquiere una empresa como Syngenta (la tercera en facturación mundial luego de las integraciones), el ciento por ciento de Adama y negocios de semillas que Citic Agri Fund compró en Brasil a DowAgroSciences.
Las posiciones antitrust obligan a las nuevas empresas chinas a desprenderse de tecnologías y lo hacen entre «ellas» mismas generando un aumento de la facturación «local» de 12 billones de dólares.
Por otro lado, Estados Unidos es el gran perdedor, ya que vendió Monsanto a Bayer y esta cede parte de su paquete tecnológico a la también alemana Basf.
Las «nuevas» empresas chinas y alemanas ceden sus activos intraterritorio. En términos tecnológicos, la Unión Europea es la gran ganadora, incorporando grandes negocios de semillas, biotecnología, agroquímicos y áreas digitales. Por supuesto China también incorpora tecnologías de investigación y desarrollo, así como semillas y biotecnología.
En términos políticos, la Unión Europea avanza sobre los Estados Unidos (la región pierde 13 billones de dólares de facturación) y concentra sus negocios de insumos del agro en Alemania, que pasa a tener cerca del 40% del mercado mundial de agroquímicos y semillas.
No quedan dudas de que Alemania es la gran ganadora de este proceso y la nueva líder mundial en tecnología del agro.
Sin embargo, el mayor cambio de escenario se da desde el manejo de la tecnología, tanto a nivel de regiones como de empresas.
Consolidación
Cuatro compañías van a consolidar una oferta integrada de semillas, agroquímicos, tecnologías digitales y servicios. Dos alemanas (Bayer y Basf), una norteamericana (Corteva) y una china (Syngenta).
Esto permitirá el desarrollo de un modelo de negocios integrador de soluciones que minimice los costos de transacción y perfeccione la obtención de los resultados, siempre en un marco de una exigencia creciente de los requerimientos ambientales, sociales, nutricionales y políticos de una población en aumento en número, pero sobre todo en la presión social sobre la tierra productiva y las buenas prácticas agrícolas.
Vivimos hoy la mayor ola de integración de empresas del sector del agro de la historia, impulsada por la necesidad de cubrir los requerimientos de los públicos con los que interactúan.
Debemos esperar que continúen los procesos de integración, menores por cierto, pero que llevan a adecuar al resto de las empresas que participan del sistema de negocios. Nuevos modelos comerciales y tecnológicos se van a desarrollar.
Los autores son consultores de Somera SAS
Por: Luis Mogni y Sebastián Senesi
Fuente: la Nacion